Luego de 13 años, Carla García reedita ‘Queloide’, su primera publicación. Hoy, ha cambiado el blog por el programa propio, el activismo político y la edición de libros.

Acaba de reeditar ‘Queloide’. ¿Aún se reconoce en el libro?

Me reconozco. Lo leí el otro día para las correcciones y es impresionante todo lo que pasa en 13 años. Tengo la misma neurosis, pero ahora hay más preocupaciones. He asumido más responsabilidades. Mi trabajo laboral y partidario tiene mucho más que ver con la realidad que con lo que pasa dentro mío, ésa es la diferencia.

¿Cómo ve un futuro rol en la política?

Tengo un rol político activo desde los medios y desde la vida partidaria. Y no es un rol que empieza ahora, sino con mis columnas en La República y otros activismos. Por ejemplo, con la violencia contra la mujer o los derechos LGBTQI antes de que se ponga de moda y la izquierda se lleve todo eso.

¿Le han arrebatado esas banderas a la derecha?

Se han dejado arrebatar esas banderas. Nosotros cedemos ese espacio cuando no defendemos una bandera que debería ser nuestra. La izquierda dice ‘todos los gays son míos’, pero ¿qué pasa con los gays de centro derecha, que dicen ‘un momentito, mi derecho no te corresponde a ti’. Y producto de la polarización y de la radicalización del tema religioso, supongo, la gente dejó de ir a las marchas del orgullo porque son solo de izquierda.

Y sin embargo la unión civil empezó con el ala liberal de Bruce y otros.

Pero los otros manejan todo ahora. Y unos días antes te dicen ‘ni se te ocurra venir porque te odiamos’. Entonces, si quieres marchar por el amor o porque todos seamos libres e iguales, no puedes porque amenazan con tirarte una pedrada. Y obviamente uno no sale a lloriquear, como cuando te mandan una rosa blanca o como Salas Arenas cuando dicen que lo quieren matar. Pero dejas de ir porque ¿para qué te vas a poner en esa situación? Y cedes el espacio y entonces es una lucha solamente de ellos. ¿Qué se debe hacer? Cohesionar, comentar con tus amigos de centro y de derecha que van a marchar juntos, que no sea una batalla campal sino que queremos que todos los peruanos sean libres e iguales.

Con la defensa de la mujer pasó algo parecido.

Yo vengo de una ola del feminismo donde el feminismo decía que yo tenía que ser libre y hacer lo que quisiera. Y la siguiente ola del feminismo te dice todo lo que no debes hacer: no te maquilles, no te mires al espejo, te estás cosificando. Cuando yo era chica lo más libre que uno podía hacer era desnudarse, porque era tu cuerpo y no tenías por qué tener ningún complejo. Y ahora te dicen ‘cúbrase, señora’, ‘¿por qué se depila el bigote?’. Las feministas de ahora te dicen cómo ser y cómo vivir tu femineidad, no te dejan ser libres. Se llevaron eso. Y obviamente yo no voy a salir a reclamar mis derechos al lado de una señora que cree que reclamar sus derechos es ofender a la gente saliendo en tetas y tirando sangre al Poder Judicial. Esa no es mi forma de reclamar derechos. Mi forma de reclamar derechos es, por ejemplo, apoyar a todas las mujeres que están en política y recordarles que llegaron gracias a las leyes de paridad y que tienen que trabajar para las mujeres del Perú y para los niños.

¿La derecha no sabe pelear? Willax tuvo a la primera reportera trans peruana, Emma Cadenas.

Y sin embargo se le juzga de machista e intolerante.

¿No se ubica a la izquierda ni a la derecha?

No, me ubico en la izquierda democrática. Víctor Raúl (Haya de la Torre) se definía como izquierda democrática. Pero la gente no entiende qué es eso. Entienden izquierda como rojo. No siento que el APRA sea un partido anti algo. La gente recuerda los errores del partido y magnifica los momentos difíciles, porque lo hacen con la lupa de la izquierda radical. Y no recuerdan el maravilloso segundo gobierno del APRA, los índices de crecimiento y bienestar. Se lo saltean. Todas los que trollean en redes sociales lo hacen gracias a las condiciones de un gobierno increíble. Después de eso todo vino en bajada.

¿Cómo responde el partido a la investigación de Fiscalía?

Institucionalmente. Porque claramente no es una acusación contra individuos sino una nueva proscripción del partido aprista, que en su historia ha tenido muchas. Están tratando de involucrar a todos los líderes del aprismo en una acusación que prescribió hace mucho tiempo. Quieren incluir al partido como persona jurídica en algo retroactivo. Y además, no están respetando el derecho al antejuicio que tienen los ex congresistas. Me queda claro que ciertos fiscales buscan prolongar su estadía en un puesto donde no han conseguido absolutamente nada más que hacerle un hueco al erario público y perseguir enemigos. Es una forma de mantenerse y de deshacerse de esos enemigos que ellos consideran que no deben volver a representar al pueblo.

Quizás los jóvenes lo usen contra la cúpula.

Espero que no, porque es una afrenta contra el partido como institución. Me parecería un poco oportunista golpear a nuestros líderes. No me parece un buen momento para exigir que se vayan unos. Estoy segura de que todos los buenos compañeros no lo van a permitir.

Hay nueva Mesa Directiva. Sin mayoría, el APRA tuvo la Mesa del 2006 al 2011. Se perdió muñeca política.

Es lo que consiguió Vizcarra a través de sus “reformas”. Criminalizó la política, le dijo a la gente que una persona elegida congresista dos veces es un comechado que vive del pueblo, cuando en realidad la política es una carrera. Por eso cuando en un programa quieren saber algo, llaman a los viejos congresistas a los que han basureado. Porque así como preguntan en qué trabaja Keiko Fujimori, no veo que pregunten en qué trabaja Verónica Mendoza. ¿De qué vive la señora Verónica Mendoza?

Ha opinado sobre el mensaje presidencial. ¿Está bien que Dina Boluarte haya pedido disculpas?

En anteriores ocasiones ya había pedido disculpas. Y sin embargo insiste en dirigirse a la gente que sale a romper cosas y a impedir el libre tránsito de los peruanos. En vez de eso debería pedir disculpas a las personas que sacan adelante el país y que se la juegan por hacer que el Perú sea un lugar mejor, esas personas que se han visto altamente afectadas por todos estos procesos políticos que no han hecho más que generar hambre y desunión.

Habla de la ‘política del afecto’. ¿Cómo explicarla?

Es hija de la fraternidad aprista. Tratar al país y al ciudadano con amor. Y sí es importante señalar que fraternidad no es complicidad. Puedes ser muy fraterno con alguien pero no cuando lo ves delinquir. El problema es que en política el odio cohesiona mucho más, el amor vende menos. Entonces todos son anti algo, todos los partidos políticos son anti.