Presidentes y cárceles: un viejo romance. (GEC)
Presidentes y cárceles: un viejo romance. (GEC)

El internamiento de en el penal de , luego de estar seis años prófugo en Estados Unidos, cambia el registro histórico de expresidentes peruanos que han pasado por una cárcel en más de 200 años de historia republicana.

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Los peruanos ya han visto a exmandatarios recluidos en una prisión; Toledo solo es el último en una lista de cinco en los últimos años. Sin embargo, es la primera vez que se ve al mismo tiempo a tres exgobernantes tras las rejas. Uno al lado del otro, como es el caso de Alberto Fujimori, Pedro Castillo y el recién llegado Toledo.

Durante el bicentenario, hubo presidentes derrocados, secuestrados, deportados y hasta asesinados en actos públicos, hechos que sucedieron cuando el sistema de justicia era frágil e inoperante. En medio de estas trágicas circunstancias, solo dos exjefes de Estado fueron recluidos tras afrontar un juicio: Augusto Bernardino Leguía y Alberto Fujimori.

Los 4 de Barbadillo. Hasta la fecha, han sido cuatro los exmandatarios que han estado recluidos en el penal ubicado en Ate. Este fue habilitado para albergar a Alberto Fujimori, pero en 2017 se acomodaron otras celdas para más reclusos. El último es Alejandro Toledo. (Perú21)
Los 4 de Barbadillo. Hasta la fecha, han sido cuatro los exmandatarios que han estado recluidos en el penal ubicado en Ate. Este fue habilitado para albergar a Alberto Fujimori, pero en 2017 se acomodaron otras celdas para más reclusos. El último es Alejandro Toledo. (Perú21)

El historiador Juan Luis Orrego mencionó a Perú21 que, por ejemplo, Fernando Belaunde Terry estuvo en El Frontón antes de ser presidente y que, luego de ello, en octubre de 1968, fue derrocado por el militar Juan Velasco Alvarado y encerrado una noche en un calabozo de la División Blindada del Rímac, desde donde fue deportado a Argentina.

“Técnicamente, el primer expresidente que terminó en la cárcel fue Augusto B. Leguía. Le dieron un golpe de Estado en agosto de 1930. La Marina quiso protegerlo pero la presión popular y política hizo que lo llevaran primero al penal del Frontón y luego al Panóptico, una cárcel que subsistió por 100 años donde está ahora el Hotel Sheraton, en el Centro de Lima. No estuvo en una cárcel especial como los actuales exmandatarios, sino en una cárcel común. Murió allí en 1932 por cáncer de próstata”, refirió Orrego.

Si bien hubo exgobernantes detenidos en siglos pasados, en este milenio se ha podido apreciar el funcionamiento de un sistema de justicia que garantiza el derecho de los procesados y el uso de su defensa hasta escuchar una sentencia.

Al respecto, el historiador señaló a este diario que los encarcelamientos de presidentes en el siglo XIX se dieron bajo un contexto que no puede compararse con el actual, puesto que en un escenario de guerra no existían juicios ni proceso penal alguno, sino que, de perder la batalla, los mandatarios iban directo a la cárcel.

“Agustín Gamarra estuvo preso en un momento, pero ese tipo de detenciones son propias del caudillismo. También Ramón Castilla estuvo preso en alguna época tras la Batalla de Ingavi. Es difícil comparar esos casos con los del siglo XXI. A (Guillermo) Billinghurst le hicieron un golpe de Estado, la dinámica política del siglo XIX es distinta y corresponde a la lógica del caudillismo militar, porque no hay juicios ni tribunales: pierdes una batalla y estás detenido”, aseveró.

Que expresidentes sean enjuiciados no es motivo de orgullo para un país, pero es mejor que funcione un sistema de justicia para que los procese y los condene si así corresponde.


Barbadillo, la prisión de los que gobernaron el Perú

Lo que en los años ochenta era un terreno donado a la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) se convirtió en la cárcel de los expresidentes peruanos procesados y/o condenados por corrupción.

Son cuatro los exmandatarios que han pasado sus noches en este recinto: Ollanta Humala, Alberto Fujimori, Pedro Castillo y ahora Alejandro Toledo. Estos tres últimos se encuentran hoy aún recluidos y sus celdas están casi una al lado de la otra. Pese a ello, fuentes del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) aseguraron que actualmente no se cruzan por tener rutinas distintas.

Si bien este penal ubicado en el distrito de Ate abrió sus puertas en setiembre de 2007 tras la extradición de Alberto Fujimori al Perú, no es hasta 2017, cuando el Poder Judicial dictó prisión preventiva para Toledo por el caso Interoceánica, que el INPE habilitó nuevos espacios para que este fuese recluido.

Primer preso de diroes. Fujimori cuenta con televisor, 2 escritorios y una cocina. (INPE)
Primer preso de diroes. Fujimori cuenta con televisor, 2 escritorios y una cocina. (INPE)

Inicialmente se pensó como una prisión temporal mientras se construía un centro de reclusión en el Callao para el expresidente Fujimori. Sin embargo, durante el gobierno de Alan García se decidió que ese sería el penal en el que debía quedarse mientras enfrentaba su juicio y, luego, para cumplir su condena.

Sobre el régimen penitenciario que tienen los expresidentes, el exjefe del INPE Wilfredo Pedraza mencionó a Perú21TV que los internos de Barbadillo están bajo un régimen ordinario.

Señaló que tienen dos días de visita por semana para familiares directos y amigos. Asimismo, cuentan con una pequeña mesa, una silla y objetos personales que les permitan cierta comodidad.

“En la práctica, todo privado de libertad en prisión tiene la obligación de desarrollar alguna actividad. Fujimori pinta y realiza actividades en un biohuerto. Seguramente Toledo establecerá una serie de actividades para realizar y la administración penitenciara se las concederá, salvo que afecte la seguridad”, señaló Pedraza.