En la actualidad, Kipi reconoce fácilmente la voz humana y tiene siete prototipos distribuidos en siete escuelas del VRAEM.
En la actualidad, Kipi reconoce fácilmente la voz humana y tiene siete prototipos distribuidos en siete escuelas del VRAEM.

es docente rural, especializado en Física, Química y Tecnología, pero todos lo conocen como el padre de , la niña robot que nació en Tayacaja (Huancavelica) en plena emergencia sanitaria y que, hoy, se ha convertido en una herramienta importante para la continuidad de los aprendizajes de muchos estudiantes que viven en zonas donde las señales de radio, televisión e internet son deficientes.

Ambos visitaron la sede principal de Ministerio de Educación para compartir los nuevos conocimientos que Kipi está “aprendiendo” de la mano del profesor Walter, pues ella empezó siendo bilingüe al hablar quechua y castellano; sin embargo, dentro de algunos meses, será multilingüe.

“Kipi es una herramienta cultural. Mis alumnos de Huancavelica van a ser los primeros en disfrutar muchas lenguas originarias de los hermanos de otros pueblos. Van a aprender a cantar en jíbaro, nomatsiguenga, ashaninka, asheninka, kukama, bora, el quechua no solo chanka sino wanka, el ancashino, cusqueño”, explica Walter.

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Su amor por la docencia es el mayor estímulo de este maestro para seguir trabajando, perfeccionando y programando con más información educativa la memoria de esta robot intercultural.
Su amor por la docencia es el mayor estímulo de este maestro para seguir trabajando, perfeccionando y programando con más información educativa la memoria de esta robot intercultural.

Su amor por la docencia es el mayor estímulo de este maestro para seguir trabajando, perfeccionando y programando con más información educativa la memoria de esta robot intercultural con la que visita diversas comunidades alejadas de todo el Perú.

“Yo creo que la pedagogía no es una carrera, es una pasión, una forma de vida. La perspectiva de entregar el tiempo que uno tiene, que nunca va a regresar, pero lo entregas a tu alumno con cariño, y ver que está aprendiendo es lo que más me motiva. Yo estoy fabricado para ser profesor, es una alegría y un privilegio seguir aportando a las escuelas para beneficio de los alumnos”, dice con entusiasmo.

En la actualidad, Kipi reconoce fácilmente la voz humana y tiene siete prototipos distribuidos en siete escuelas del VRAEM contando cuentos, cantando, recitando poesías, desarrollando problemas matemáticos y sosteniendo largas conversaciones. Su labor de asistente de aula se complementa con el Kipi Libro, un texto que contiene todo el material educativo almacenado en su software. A esto se suma su aplicativo en 3D.

El director general de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural, Tito Medina, le entregó al profesor Velásquez un oficio de agradecimiento por su dedicación y compromiso con la educación del país.

Walter Velásquez, docente detrás de Kipi, la robot.
Walter Velásquez, docente detrás de Kipi, la robot.

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