(GEC)
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Con este reciente deceso de Dammert y los anteriores de Bambarén y Neves, la izquierda viene perdiendo personajes que tuvieron mucho peso tóxico en sus respectivos campos.

Pocos han hecho tanto en el Perú para que tengamos una de las legislaciones laborales más rígidas y complicadas como Neves. Sea desde la academia, las asesorías o los litigios, tras todo este retroceso en la liberalización de las leyes laborales que se consiguió en los 90s se hallaba la mano de Neves, que ha dejado como legado a una facultad de Derecho de la PUCP totalmente capturada por sus discípulos.

Dammert fue siempre un personaje atrabiliario y dogmático desde que fue un joven diputado en 1980. De la misma escuela que Javier DC, era uno de estos blanquitos burgueses metidos a ultra radicales. Demagogo como pocos (¿Se acuerdan cuando ofreció el balón de gas a 12 soles?) y muy dado a la acusación fácil, se opuso siempre a muchos proyectos energéticos o mineros. Su última posible trastada fue que habría apretado el botón de su colega Foronda para crear más caos e impedir que el Congreso anterior elija a un nuevo TC.

Bambarén fue el hombre fuerte de la izquierda en la Iglesia local. De joven fue un curita metido a alentar invasiones de propiedad ajena. Siempre corrió la leyenda urbana de que tenía un anillo con la hoz y el martillo. Muy orgulloso, nunca le perdonó a Cipriani haberle ganado el obispado limeño y se hizo pintar como un apóstol en una iglesia de Chimbote. Homófobo, declaró que en la Iglesia no había sitio para “maricones” y cuestionaba el uso de la palabra “gay” por ser un anglicismo (“El congresista Carlos Bruce está haciendo un papelón con todo eso, apareciendo como un maricón en medio de todo. Él mismo ha dicho que es gay, gay no es la palabra peruana, la palabra es maricón”, sostuvo en RPP), aunque luego se disculpó. Descansen todos en paz.

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