[Opinión] Richard Arce: “A dos meses de gobierno, una tensa calma”

Actualizado el 07/02/2023, 07:00 a.m.

Parecería que el vendaval político ha pasado y que ya terminó la conflictividad social después de la decisión del Congreso de no adelantar las elecciones para este año.

Es decir, que el Congreso se salió con la suya, podrían afirmar algunos entusiastas –sobre todo los parlamentarios que se aferraron a sus curules con todo–. Para aquellos que piensan así, lamento decirles que esta crisis no ha terminado, que, al contrario, la conflictividad va escalando y seguiremos viviendo en esta precariedad, mientras que en el Congreso y en el Ejecutivo no se den cuenta de que la única salida es el adelanto de elecciones.

Deben entender que los dos poderes del Estado han perdido legitimidad y eso es peligroso después de todo el ambiente de violencia y el costo social que ha significado tener decenas de familias enlutadas por este espiral de violencia que hemos vivido en dos meses de gobierno.

En esta situación de precariedad política de los dos poderes del Estado, el raciocinio te obliga a volver a tener credibilidad, que en realidad es una tarea titánica a estas alturas porque se requiere recuperar la confianza de la población y eso solo se va a dar a través de gestos políticos que permitan acercarse a estos amplios sectores en protesta.

Por eso, es determinante la prudencia, desde los mensajes a la población y, sobre todo, las decisiones que se toman desde el gobierno central, porque la susceptibilidad está a flor de piel y vale la pena recordar que la beligerancia ha sido la respuesta, inclusive contra aquellas voces que se han atrevido a llamar a la cordura y la paz social.

Está prohibido cantar victoria, sería un tremendo despropósito, porque aquí nadie gana, pierde siempre el país.

Ahora, si no entienden que la tensa calma de estos días podría ser el preludio para una situación más compleja que la que hemos vivido en estos dos meses cumplidos de gobierno, entonces estaremos expuestos a la implosión de la conflictividad social y el país terminaría al garete.