[OPINIÓN] Pablo de la Flor: “¿Descentralización fallida?”. (Foto: Presidencia)
[OPINIÓN] Pablo de la Flor: “¿Descentralización fallida?”. (Foto: Presidencia)

El pobrísimo nivel de ejecución de los presupuestos de prevención a pocos meses de la segura llegada de El Niño ha puesto nuevamente sobre el tapete la discusión sobre el proceso de descentralización. Y es que los gobiernos subnacionales han vuelto a mostrar una enorme falta de capacidad para canalizar esos recursos para los fines asignados, con niveles de ejecución que en promedio no superan el 30%, algo inadmisible dadas las urgencias que algunas de las regiones enfrentan.

Conviene no perder de vista que el proceso de descentralización ha transformado de manera dramática la distribución de la inversión pública, transfiriendo buena parte del control de esta a las instancias subnacionales, que han pasado de controlar 31% del presupuesto en 2008 a poco más del 71% en 2022.

La peor ejecución general la exhiben los municipios provinciales con niveles por debajo de los distritos. El desempeño de las instancias regionales es algo mejor, aunque con algunas importantes fluctuaciones.

Interesantemente, no hay mayores diferencias en los resultados exhibidos por administraciones controladas por partidos nacionales y aquellas bajo el liderazgo de agrupaciones locales.

En lo que atañe a las prioridades de inversión, si nos atenemos al componente más social de dicho portafolio (educación, saneamiento y salud), el porcentaje del Presupuesto Inicial Modificado (PIM) destinado a estos tres rubros para el periodo 2008-2022 fue de 12% para las tres instancias subnacionales, porcentaje cercano al de Planeamiento, cajón de sastre en el que se incluye la contratación de consultores y otros gastos corrientes.

Esto llama poderosamente la atención, considerando que uno de los principales argumentos que le dio impulso al proceso de descentralización fue precisamente que la mayor cercanía que los gobiernos locales tienen con los ciudadanos, los llevaría a ejecutar proyectos que respondieran de mejor manera a las necesidades de las poblaciones locales, algo que en la práctica no se ha dado.

De otra parte, la inversión del gobierno central se ha ubicado de manera consistente por encima de los indicadores de los gobiernos regionales, provinciales y distritales, alcanzando sus niveles más altos (90%) en 2022. No obstante, el desempeño del gobierno central muestra una preocupante heterogeneidad. Así, la ejecución de los ministerios de Educación, Salud y Vivienda, resulta tan deficitario como el de los gobiernos subnacionales.

Son múltiples las razones detrás de estos rezagos, desde la limitada capacidad de gestión y falta de funcionarios idóneos, pasando por los pésimos expedientes técnicos que muchas veces terminan trabando la ejecución y desembocan en dilatadas y costosas disputas. También influye la renuencia de los gerentes a firmar contratos por temor de ser arrastrados en desgastantes procesos judiciales.

VIDEO RECOMENDADO

Christopher Acosta sobre su libro "Presidentes por accidente"