[OPINIÓN] Nelson Shack: “Una ley que favorecerá a todo el país”

Recientemente el Ejecutivo anunció que se destinarán varios miles de millones de soles para acciones de prevención, atención y recuperación ante la inminencia del fenómeno de El Niño Global en el Perú. Estos millonarios recursos son fiscalizados por auditores del Sistema Nacional de Control desplegados a lo largo y ancho del territorio nacional para asegurar que se cumpla la finalidad pública, se mejore la calidad de vida de la población y no se termine beneficiando intereses particulares.

Esta labor requiere profesionales altamente capaces y competentes, con la autonomía garantizada para poder señalar riesgos e identificar las responsabilidades por el perjuicio generado a los ciudadanos de todo el país.

También recientemente el Congreso de la República aprobó por una amplísima mayoría la ley que garantiza la profesionalización y la autonomía de estas tareas e incorpora una carrera profesional de los auditores gubernamentales, que busca fortalecer la institucionalidad del control al eliminar cualquier riesgo de interferencia en la tarea del control gubernamental, al tiempo que establece el marco de ascensos y desarrollo profesional únicamente con base en la meritocracia. A cambio de la importante labor de auditor, que brindará en exclusividad, la ley le ofrece a este especialista el amparo legal frente a sus intervenciones, formación y capacitación gratuita y mejores escalas remunerativas. Y, como corresponde, la norma prevé que el control gubernamental cuente con profesionales competentes en las zonas más alejadas o de extrema pobreza, donde es fundamental asegurar el cuidado del recurso público, y que no se pierda ni un sol.

¿Cómo se refleja este perfeccionamiento en la autonomía y profesionalización del auditor gubernamental? En el fortalecimiento del control de las entidades públicas, en las supervisiones a las compras de bienes que realizan o los servicios que contratan, en las obras que se ejecutan, actuando de manera independiente de las influencias de autoridades o funcionarios, y cuyos resultados se detallan en los informes de control puestos a disposición de la ciudadanía.

La carrera, que desde ya es una buena noticia en el fortalecimiento de la institucionalidad del país, contribuirá a tener mejores auditores gubernamentales y esto conducirá a mejores servicios de control para coadyuvar a tener una gestión pública más eficiente, eficaz y transparente, en beneficio de todos los peruanos y peruanas.

Así, nuestras supervisiones serán más especializadas y rigurosas, y las autoridades y directivos de las entidades públicas se verán comprometidos a contar con gestores públicos que administren con eficacia los recursos de todos, a fin de cerrar las profundas brechas que tenemos en infraestructura, salud, educación, transporte, cuidado del ambiente, prevención de desastres, entre otros.

La Reforma del Control Gubernamental, que empezamos hace cinco años con la promulgación de la Ley 30742 en marzo de 2018, incluyó diez hitos esenciales, como normas de gran trascendencia, orientadas a la gestión por resultados y la generación de valor público; al fortalecimiento de la autonomía del control con la absorción administrativa de los Órganos de Control Institucional (OCI); a la prevención del control y no solo a la sanción; y también a la mejora e innovación, porque en el nuevo mundo digital en que vivimos, la corrupción también se perfecciona y el control no puede quedarse atrás.

Esta ley, que garantiza la autonomía y profesionalización de la carrera del auditor gubernamental, forma parte precisamente de uno de los diez hitos que consolidan la reforma del control, con la cual nos comprometimos al asumir la gestión, y constituye una importantísima arma para luchar contra la corrupción y la inconducta funcional que tanto afectan a nuestro Estado y a la sociedad en que vivimos.

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