"La conflictividad tiene en la mayoría de los casos un origen de insatisfacción económica de relativamente rápida solución".
"La conflictividad tiene en la mayoría de los casos un origen de insatisfacción económica de relativamente rápida solución".

En Perú el que “no tiene de inga tiene de mandinga”, reza la frase popularizada por Ricardo Palma en sus Tradiciones peruanas.  Esta refleja un país mestizo, aunque aún en vías de cohesión, pues existe una gran variedad de comunidades campesinas y nativas con su propia cosmovisión y costumbres, maneras de pensar, actuar y decidir, lo que es un desafío para implementar políticas públicas.

Entender nuestra realidad es imprescindible para la viabilidad social del país. La tiene en la mayoría de los casos un origen de insatisfacción económica de relativamente rápida solución. La falta de una atención coordinada por parte de los involucrados (comunidades, empresa, Estado) exacerba los ánimos y deja espacios para que otros actores, con intereses distintos, tomen ventaja y canalicen esas energías en función de sus propios intereses, lo que nos debilita como país. Superar este reto permitirá afianzar la inclusión social y recién entonces la diversidad nos hará fuertes.

Veamos qué nos dicen los datos. En Perú existen más de 6 mil comunidades campesinas, que incluyen a más de 3 millones de peruanos, aproximadamente el 10% de la población total. De estas comunidades, casi el 65% corresponde a pueblos que se reconocen como pueblos indígenas u originarios, de los cuales un 70% se expresa en quechua y un casi 10% en aymara. Solo el 21% se expresa en castellano.

Recientemente visitamos Puno, región que concentra el 20% de las comunidades campesinas, y donde casi el 70% de la población se expresa en quechua (predominante en el norte) y aymara (concentrado en el sur). La situación económica de la región es compleja: crecimiento económico menor al promedio nacional, nivel de competitividad bajo, informalidad laboral récord (la más alta del Perú), creciente migración a otras regiones, inflación elevada, nivel de anemia alto en niños, bajo nivel de rendimiento escolar y pobreza en ascenso. Este contexto fue propicio para que se analice la existencia de mecanismos de solución para el crecimiento económico en un escenario de inestabilidad política y social del Perú, tema abordado por el XX Congreso Regional de Estudiantes de Economía del Perú (Coreeco Puno 2023).

La discusión permitió llegar a la conclusión de que mantener nuestras fortalezas macroeconómicas nos proporciona viabilidad como economía, pero que requerimos desplegar esfuerzos por mejorar los canales de diálogo y brindar soluciones de políticas públicas efectivas. Evitando así que las situaciones de insatisfacción no escalen y se conviertan en un escenario de conflicto, que es más difícil de gestionar.

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