"Los jóvenes idealistas comprometidos deben tomar conciencia de estas realidades complejas y exigir una mayor coherencia en las políticas ambientales, incluso de los supuestos defensores del medio ambiente".
"Los jóvenes idealistas comprometidos deben tomar conciencia de estas realidades complejas y exigir una mayor coherencia en las políticas ambientales, incluso de los supuestos defensores del medio ambiente".

En un mundo plagado de desafíos, la juventud se alza como una fuerza idealista dispuesta a luchar por un futuro mejor. Sin embargo, en este camino, es crucial discernir entre el idealismo genuino y el “perezoso”, que se nutre de clichés y superficialidades. Las redes sociales, con su arsenal de videos cautivadores, frases inspiradoras y estrategias de marketing digital, pueden alimentar un idealismo superficial. Se consume información sin análisis crítico, sucumbiendo a la fascinación por la forma, sin reparar en la profundidad del contenido. Este idealismo perezoso se convierte en terreno fértil para el fanatismo y la manipulación, alejándose del verdadero cambio social.

La realidad nos confronta con una inquietante paradoja. En el Perú, el artículo 38 de la , Ley 29763, otorga la posibilidad de cortar bosques de forma legal simplemente probando que el suelo donde se piensa realizar la deforestación es de uso agrícola. Es más, durante toda la vigencia de esta ley, se han perdido cerca de dos millones de hectáreas de bosques. Esta contradicción nos lleva a cuestionar la verdadera naturaleza de las leyes supuestamente diseñadas para proteger los bosques.

La reciente modificación de la Ley Forestal en Perú es un ejemplo vívido de esta dicotomía. Se critica vehementemente una norma denominada como “antiforestal”, mientras que la normativa existente permite la deforestación bajo el pretexto del uso agrícola del suelo. Esta inconsistencia revela una falla fundamental en el enfoque de las políticas públicas: la falta de coherencia entre los discursos y las acciones.

En este contexto, ¿cuál es la verdadera ley “antiforestal”? ¿Aquella que se señala como tal en redes sociales o medios “especializados” parcializados pero que, en realidad, intenta abordar la deforestación desde un ángulo más realista y busca, a través de la formalización, generar los incentivos para evitar que avance, o la legislación, que permite la destrucción de los bosques de forma “legal” y sobre la cual nadie dice nada?

Los jóvenes idealistas comprometidos deben tomar conciencia de estas realidades complejas y exigir una mayor coherencia en las políticas ambientales, incluso de los supuestos defensores del medio ambiente. No solo se trata de analizar críticamente la información y promover la empatía hacia las comunidades afectadas por la pobreza y la deforestación, sino también de enfrentar las contradicciones en el sistema legal y exigir cambios significativos que protejan verdaderamente nuestros recursos naturales.

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