En Argentina, el candidato liberal Javier Milei viene arrasando en las encuestas de intención de voto, echando por tierra las pretensiones del peronismo de los Kirchner, señala el columnista.| Foto: EFE/EPA/Agustin Marcarian
En Argentina, el candidato liberal Javier Milei viene arrasando en las encuestas de intención de voto, echando por tierra las pretensiones del peronismo de los Kirchner, señala el columnista.| Foto: EFE/EPA/Agustin Marcarian

Una de las mejores noticias de la semana para Sudamérica ha sido el triunfo del candidato opositor al “correísmo” en Ecuador. El empresario Daniel Noboa se impuso sobre Luisa González en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y se convirtió en el presidente electo al obtener cerca del 52% de los votos frente al casi 48% de su rival. Bien por la paz en Ecuador. No olvidemos que el 9 de agosto último, el candidato Fernando Villavicencio fue asesinado a balazos cuando salía de una reunión partidaria en Quito, Ecuador. Los niveles de violencia que existen en el país del norte esperan ser controlados por el nuevo presidente. Éxitos.

En Argentina, el candidato liberal Javier Milei viene arrasando en las encuestas de intención de voto, echando por tierra las pretensiones del peronismo de los Kirchner y Fernández (quien ha dicho que si gana Milei se retira de la política) y de Cristina. No han faltado los operadores políticos de estos que, ante la apabullante voluntad hacia la derecha de los argentinos, no han tenido pudor siquiera para llamarlos “muertos de hambre” a quienes “fueron favorecidos por Cristina” y hoy los “traicionan”. En realidad, el kirchnerismo no entiende aún que si fuera real ese “apoyo” del que hablan, no existiera pobreza en el país del tango y la zamba. Ya era hora el giro a la derecha, bien por los argentinos.

En el Perú la derecha está aún en estado “catatónico”. La extrema prudencia para “esperar”, sí, esperar como “antes”, a que aparezca el milagroso outsider, un mesías, un salvador, o alguien que sea el motor para hacerles ganar las elecciones, con el pequeño detalle que eso mismo esperan los más de 20 partidos políticos inscritos para la contienda electoral de 2026. Es decir, no están trabajando en lo medular (o por lo menos no se nota) que es la Unidad de un gran frente de derecha, con un candidato común, con una superlista de los mejores cuadros para el Congreso de la República.

Bien decía Albert Einstein: “locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes”. Si esperamos que todo sea igual que antes ya andamos equivocados.

Si algo tenemos que reconocer en la izquierda radical y los progresistas, es que, pese a sus diferencias ideológicas y políticas, casi instintivamente se están concentrando en sus coincidencias más que en sus diferencias, usando, por supuesto el principio leninista de “Marchar separados, golpear juntos”, pero siempre chocan con un dique infranqueable: La voluntad popular mayoritaria, que no los favorece.

Hoy son tiempos de girar a la derecha, con Unidad, convergiendo en lo que nos une y dejando de lado lo que nos desune. La derecha peruana debe concentrarse hoy en cómo resolver la inseguridad, los problemas de la salud y la generación de trabajo, he ahí una primera agenda hacia la Unidad. ¡Sí se puede!