- El 2 de mayo es una fecha todavía malentendida entre Perú y España. El combate del Callao es visto tan diametralmente distinto por ambas partes, desde que tanto Perú como España consideran que salieron victoriosos —dense nomás una vuelta por el interesante Museo Naval de Madrid— hasta que ninguna de las partes termina de aceptar que ese chalaco combate final fue el fruto de una larga serie de malentendidos tontos y desencuentros diplomáticos. En Perú te enseñan que “España quería reconquistar sus colonias” y eso no es cierto, mientras que en España nunca se quiso la guerra y menos prolongarla: Madrid le ordenó a la escuadra no atacar el Callao y regresar, pero el comandante de la escuadra española le dijo al emisario en sentido figurado “Usted no ha llegado todavía. Llegará el día 3 y yo mañana (nota: 2 de mayo) bombardearé el Callao. Y, cuando me comunique usted la orden del Gobierno, me apresuraré a cumplirla” para así desobedecer las órdenes. El posterior ataque español es de manual de cómo no hacer las cosas, porque fue una casi suicida embestida frontal (lo que le costó salir bastante magullada) en lugar de bombardear al Callao desde los lados norte y sur, mientras que la defensa peruana cometió varios errores infantiles. Ese día la baja más lamentable fue la del ministro José Gálvez, un político que tenía para darle mucho más al Perú. La moraleja de esta historia es cómo se puede entrar tan fácilmente a una guerra que nadie quería, tal como sucedió con la Primera Guerra Mundial. Uno observa al mundo actual tan errático y conflictivo y ruega porque vaya a darse una comedia de equivocaciones que nos lleve a una tercera conflagración planetaria.

- ¡Qué tal poder tiene Gorriti que su ahijada Paola Ugaz tuvo una reunión este lunes en Lima con la Unión Europea y varios países integrantes de la misma para reforzar la imagen de periodista víctima que han vendido tan bien en el exterior! Así nomás no logras concretar un encuentro de este tipo.

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