"El Acuerdo Nacional con un formato renovado sesiona esta semana en Arequipa". (Foto: GEC)
"El Acuerdo Nacional con un formato renovado sesiona esta semana en Arequipa". (Foto: GEC)

Nuestro país ha perdido el rumbo y no está asegurado el retomarlo. Ello en buena parte por nuestra incapacidad de llegar a consensos mínimos. La convivencia democrática entre actores institucionales y demócratas ha sido reemplazada por una conflictividad tóxica aprovechada por agentes ilegales e informales quienes se organizan muy bien para alcanzar sus más bajos intereses mercantilistas y mafiosos.

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Diálogos, debates y pactos han sido descartados casi por completo. Hoy se usa el insulto, la burla y la violencia. Sin embargo, comienza a emerger un ecosistema de iniciativas para retomar el espíritu republicano del diálogo democrático entre una diversidad aún fragmentada y fracturada. El Acuerdo Nacional con un formato renovado sesiona esta semana en Arequipa.

La Coalición Ciudadana inauguró el mes pasado en la misma región un experimento de “encuentros de escucha” donde congregó a un centenar de dirigentes diversos. Más de media docena de instituciones civiles —como CIES, EsHoy, IDEA Internacional, ProDiálogo, Proética, RPP, Transparencia, entre otros— están terminando de diseñar procesos genuinos de escucha y diálogo ciudadano, técnico y político desde una gama amplia de territorios, temáticas y esquemas. Es de vital importancia que todas las fuerzas demócratas del país, independientemente de su tendencia política, participen y apoyen estos proceso.

Son espacios que dan esperanza aunque el impacto deseado es aún muy difícil de lograr. El “éxito” del Acuerdo Nacional, de los encuentros de escucha y de los espacios de diálogo no garantiza el propósito de retomar la convivencia democrática en el país. Lo será en la medida en que estas iniciativas logren calar en el imaginario colectivo, logren constituir una narrativa alternativa y superior a la predominante de polarización y violencia, logren reducir la conflictividad tóxica en cada chat, mesa, café y reunión.

En ello, cada peruano tiene la oportunidad —y responsabilidad— de contribuir con la solución. Puedes tú instalar una Escucha Nacional en tu lugar de influencia. Un espacio diverso para el intercambio de ideas sobre la realidad y futuro del país. Donde se compartan 4 normas básicas: uno, procuramos hablar todos, no solo algunos; dos, respetamos las ideas y opiniones del otro; tres, somos amables frente a todos, en especial con los que piensan distinto; cuatro, compartimos información de fuentes confiables y con evidencia. Si cada peruano se compromete con estas normas en sus casas, trabajos o chats, la democracia puede mejorar exponencialmente. Y no depende de los políticos, depende de ti.

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