…la defensa de la libertad, la democracia y la economía del país.

A días de la segunda vuelta tras intensa polarización con posiciones antagónicas, Castillo mantiene un 40% sólido a pesar de la improvisación de su equipo técnico y propuestas, múltiples contradicciones, matanza en el Vraem y comentario misógino inexcusable.

Esta elección la definirán los indecisos, el voto extranjero, y el voto del adulto mayor revirtiendo el ausentismo de la primera vuelta. Siendo emocional esta elección, el componente racional indica que, más allá de los candidatos, esta vez vamos a votar por sistemas más que por personas (democracia vs. comunismo). Dada la estrechez en las preferencias, un error propio o cercano podría impactar a última hora.

Keiko tiene un antivoto propio tras un errático proceder; con una bancada de 73 congresistas y mayoría absoluta desaprovechó la ocasión de dar gobernabilidad a un país que ha tenido 5 presidentes y 3 congresos en 5 años, hay corresponsabilidad por inestabilidad generada. De ganar, deberá ser un gobierno de ancha base, la mayoría de sus votos no son fujimoristas (obtuvo 13% en 1ra. vuelta).

Es indispensable que el próximo presidente priorice la eficiente presencia y gestión del Estado. Castillo es de preocupante incapacidad, recoge el voto del Perú olvidado, resentido por el abandono del Estado, pero sus propuestas traerán más pobreza, amenazan la democracia y afectará la reactivación económica post-COVID.

No tiene planes, equipo y sí una relación con Movadef/Sendero (5 congresistas electos con vínculos probados), responde a ideologías demostradamente (Cuba, Venezuela) fracasadas. El Perú no está para ensayos, el país está azotado por la pandemia y economía en crisis. Esta elección no es por el mal menor, sino para evitar el mal mayor. La pandemia post-COVID se llama Pedro Castillo.

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