Los impactos apuntarían a una mayor probabilidad de volver a tener un verano abundante en lluvia en la sierra sur y un matiz deficitario en el norte, señala el columnista. (Foto: referencial)
Los impactos apuntarían a una mayor probabilidad de volver a tener un verano abundante en lluvia en la sierra sur y un matiz deficitario en el norte, señala el columnista. (Foto: referencial)

El último jueves, y como lo hace cada mes desde hace décadas, el muy prestigioso Centro de Predicción Climática (CPC) de la NOAA en EE.UU. emitió su boletín climático relativo al ciclo ENSO. Esto es, la evaluación futura de posibles escenarios de El Niño y La Niña.

El ciclo ENSO es, después de las cuatro estaciones del año, el factor climático más relevante en nuestro planeta. De hecho, los cambios en la temperatura y circulación del aire sobre el Pacífico tropical traen impactos que son casi globales dependiendo de sus magnitudes.

En Perú sobran ejemplos.

El CPC asigna un 66% de probabilidad de que – al igual que hace un año – un evento de La Niña, presumiblemente débil, se vuelva a establecer por unos meses en el Pacífico Ecuatorial. No son para nada extrañas Las Niñas que se suceden dos veces consecutivas año tras año.

Para los peruanos los impactos apuntarían a una mayor probabilidad de volver a tener un verano abundante en lluvia en la sierra sur y un matiz deficitario en el norte. En términos de temperatura del aire, el verano costero sería algo más fresco que lo habitual; parecido al anterior.

En términos generales, tanto para la pesca como para la agricultura puede resultar beneficioso de darse un evento débil, como se anuncia.