"La presencia perniciosa de las ramificaciones del Tren de Aragua y su capacidad para “regenerarse” rápidamente ante la caída de sus cabecillas, ha motivado una sorprendente reacción popular contra extranjeros extorsionadores". (CAPTURA DE VIDEO)
"La presencia perniciosa de las ramificaciones del Tren de Aragua y su capacidad para “regenerarse” rápidamente ante la caída de sus cabecillas, ha motivado una sorprendente reacción popular contra extranjeros extorsionadores". (CAPTURA DE VIDEO)

Las tormentas políticas por el incremento de la criminalidad en el país tienen al filo de la navaja (o de la interpelación y la censura) a los ministros del Interior y de Defensa. La presencia perniciosa de las ramificaciones del Tren de Aragua y su capacidad para “regenerarse” rápidamente ante la caída de sus cabecillas, ha motivado una sorprendente reacción popular contra extranjeros extorsionadores que intentan someterlos a sangre y fuego para quitarles una parte del fruto de su trabajo.

Las peleas, reyertas, marchas con palos en mano, destrucción e incendio de motos lineales y mototaxis, pancartas de advertencia, así como el hostigamiento incluso a los extranjeros que trabajan honradamente, revelan que ni el Estado de Emergencia ni las “estrategias” anunciadas por el Gobierno han logrado mitigar el grave problema de la inseguridad ciudadana. Esta situación puede escalar peligrosamente en todo el país, salirse de control, y dejarnos en una situación compleja de inseguridad como en el Ecuador o México. ¿Estamos dispuestos a eso?, no lo creo.

Una estrategia inteligente por parte del Gobierno sería activar los Comités de Seguridad Ciudadana (CSC-PNP) de las comisarías de la Policía Nacional, dándoles capacitación sobre el fenómeno criminal y la migración extranjera, para que inocentes y sus familias no sufran la injusticia de la violencia; asimismo, llegar a ellos con alternativas de medidas de seguridad para evitar que sean afectados por el crimen y por qué no, dotarlos de herramientas como la instalación de cámaras para ayudar a identificar a los facinerosos en alianza con la Policía Nacional. Nuevas estrategias, señores.

Los estrategas que hoy “asesoran” a las autoridades, deben cambiar su “chip” meramente preventivo, por una estrategia de inteligencia que sature el escenario de los criminales. Para eso se requiere dotarlas con recursos tecnológicos, logísticos y económicos y luchar 24/7 contra ellos. La presión que van a sentir en estos aspectos, devendrán en un eventual abandono del país porque “ya no les será rentable” cometer crímenes en el Perú.

Eso solo se logra con una policía empoderada de autoridad y respaldo político desde el más alto nivel, sacando la cara por ellos y defendiéndolos de aquellas acciones en las que han arriesgado sus vidas, pero que fiscales de medio pelo terminan por encarcelarlos en “aplicación” de sus enfermizos excesos de legalismo. Una policía bien parada iniciará el cambio en el orden interno.

El sistema organizado que tienen los CSC PNP pueden desarrollar actividades preventivas sin riesgos para los ciudadanos, canalizar ayuda social y generar métodos eficaces para proteger a sus familias. En esta hora aciaga para los peruanos estoy seguro de que ellos estarán dispuestos a ser guiados de manera correcta por la Policía para encontrar la paz que tanto necesitamos todos. Confiemos en la Policía, confiemos en sus capacidades, pero ayudemos a que hagan su trabajo, todos juntos, comités de ciudadanos y policías. ¡Sí se puede!