Roma. [Con información de EFE]. , el país europeo más golpeado por el coronavirus, inició el lunes con gran cautela la fase de desescalada gradual de las medidas de emergencia, después de 55 días de confinamiento estricto en todo el país y aún más en las regiones del Norte, donde comenzó la epidemia.

Unas 4,5 millones de personas que estaban confinadas volvieron a sus trabajos, con la reanudación de la actividad en industrias, construcción y comercio mayorista, sumándose a los empleados de negocios esenciales, como farmacias y alimentación, que nunca cerraron.

En medio de esta flexibilización, imágenes de personas en el interior de distintos autobuses de Italia evidenciaron que hasta el momento se trata de respetar las medidas para evitar la propagación del coronavirus.

Con la vuelta al trabajo de varios millones de personas, el transporte público es uno de los puntos críticos.

Los automóviles circulan frente al Coliseo durante la segunda fase de la situación de emergencia del coronavirus en Roma, Italia. (EFE/EPA/ANGELO CARCONI).
Los automóviles circulan frente al Coliseo durante la segunda fase de la situación de emergencia del coronavirus en Roma, Italia. (EFE/EPA/ANGELO CARCONI).

En Roma y en otras grandes ciudades, como Milán, el transporte en metro, autobuses o tranvías, ha comenzado a funcionar con solo una parte de su capacidad y los asientos marcados para indicar donde es posible sentarse y mantener las distancias, además de que las mascarillas son obligatorias.

En casi todas las ciudades se nota un tráfico más intenso, pero también se han multiplicado las medidas de seguridad y controles, por ejemplo en estaciones de tren.

Desde el lunes se puede viajar, por los motivos permitidos, es decir trabajo y salud, pero solo dentro de la región donde se habite y no está permitido aún desplazarse a una segunda residencia.

Pero estudiantes o trabajadores que se quedaron fuera de sus lugares de residencia pueden regresar allí.

Desde Milán han partido muchos trenes hacia el sur, aunque con su capacidad reducida, con los pasajeros manteniendo la distancia y a bordo dispensadores de gel desinfectante.

También han reabierto algunos aeropuertos cerrados por la emergencia, como el de Ciampino, el segundo de Roma tras Fiumicino.

En Roma han abierto los parques, y los cafés han comenzado a servir para llevar ya que la restauración, así como peluquerías o centros de estética, no pueden reabrir hasta el 1 de junio.

El primer ministro, Giuseppe Conte, ha apelado a la responsabilidad en esta nueva etapa de “convivencia con el virus” y ha recordado que se ha podido llegar a esta “fase dos” “gracias al poderoso esfuerzo colectivo” y con “enormes sacrificios”.

En una segunda etapa, desde el 18 de mayo, podrán reabrir bibliotecas, museos y comercio minorista.

También es posible celebrar desde el lunes funerales con un máximo de quince asistentes, y en Roma tuvo lugar uno de los primeros. En la iglesia de San Martino ai Monti, a tiro de piedra del Coliseo, sus allegados se despidieron de Mario, que murió el 1 de mayo a la edad de 85 años, con los bancos de la iglesia marcados para mantener las distancias.

Italia registra hasta el momento 213.013 casos por coronavirus y 29.315 muertos, según la Universidad Johns Hopkins.

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