El mayor FAP Jorge Olivera Santa Cruz no efectuó disparos con un arma de fuego el 24 de marzo pasado, fecha en la que murió por una herida de bala en el tórax en la base aérea Las Palmas, según revela el peritaje del Ministerio Público.
Los dictámenes periciales N° 20942 y N° 20947 del Instituto de Medicina Legal señalan que en las manos de Olivera no se encontró pólvora, antimonio, bario ni plomo, sustancias que quedan impregnadas cuando una persona percuta un proyectil, señala La República, que accedió a esos documentos.
Además, detallan que el oficial fue golpeado antes de ser ultimado de un tiro a distancia, ya que la trayectoria de la bala que acabó con su vida fue de adelante hacia atrás, de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha.
Asimismo, Olivera tenía la camisa de su uniforme rasgada, lo que evidenciaría una pelea, y manchas de sangre cerca del bolsillo. Ante estos hallazgos, la Defensoría del Pueblo solicitó formalmente al fiscal Richard Valdivia Dextre que considere los peritajes del Ministerio Público.
El último domingo, el programa Sétimo Día difundió imágenes de la escena del crimen en la que se puede ver la distancia que existía entre el arma y el cuerpo del mayor, lo que también desbarataría la hipótesis de que se suicidó.