Entrevista a Verónica Melzi, gerenta de la fundación Belcorp para la central de Perú21. (Renzo Salazar)
Entrevista a Verónica Melzi, gerenta de la fundación Belcorp para la central de Perú21. (Renzo Salazar)

Tuvieron que pasar algunos años para que Verónica Melzi encuentre su vocación. Al salir del colegio poco había pensado sobre su futuro. Probó suerte entonces con un par de cursos técnicos que apenas la satisficieron. No era suficiente. Felizmente sus padres nunca se impacientaron y, al contrario, le dieron el tiempo suficiente para replantear su destino. Fue allí que Verónica se dio cuenta que tenía su pasión al frente suyo: durante sus años en el colegio siempre estuvo ligada a la labor social, disfrutaba mucho sirviendo y era muy buena comunicando cosas. ¿Acaso eso puede convertirse en una profesión?, pensó. Y llegó a la PUCP, que había estrenado hace poco la especialización en Comunicación para el Desarrollo. No lo pensó dos veces. Una vez adentro, se enfocaría en los temas de análisis y desarrollo social.

Años más tarde consolidaría esa vocación trabajando en institución que tiene por objetivo impulsar el potencial de las mujeres peruanas a través del emprendimiento. Allí Verónica ha encontrado su lugar en el mundo, su espacio para seguir sirviendo a través de la responsabilidad social corporativa. Ha podido construir el sueño de cientos de mujeres junto con los suyos.

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- Verónica, tengo la impresión de que cada vez más empresas vienen entendiendo la importancia de la responsabilidad social.

Es algo que el mismo consumidor está exigiendo cada vez más. La responsabilidad social tiene tres ejes fundamentales: el social, ambiental y económico. Obviamente la sostenibilidad económica de la empresa es fundamental porque si no, no puede tener un actuar. Pero la idea es que en su relación con sus skateholders tenga siempre una preocupación para que sean relaciones de largo plazo y esas solo se pueden dar cuando están sobre la base de una relación que es ganar – ganar, donde gana la empresa y el que se vincula con la empresa. Así la empresa puede ser un agente de cambio y de desarrollo.

- ¿Qué entendemos por empoderamiento femenino?

Es un proceso y un fin. Implica que las mujeres obtengan total autonomía en sus decisiones, en todos los ámbitos: social, político, económico, etc. Quiere decir que han asumido que tienen la facultad para poder tomar decisiones para su vida. Al mismo tiempo es un proceso individual y colectivo porque de nada vale que ella se la crea si el resto no la reconoce.


-¿Cómo viene desarrollando la fundación Belcorp esta labor?

Lo aterrizamos en el empoderamiento económico. Lo traducimos en la suma de dos cosas: que las mujeres puedan tener una mayor capacidad para generar ingresos y al mismo tiempo desarrolle y mejore su capacidad para tomar decisiones. Para nosotros esa es la ruta para fomentar su capacidad de liderazgo.


-¿Las participantes de los programas de la fundación ya son emprendedoras?

Sí, pero es importante que ellas asuman ese rol. En la fundación buscamos fortalecerlas en su capacidad para tomar decisiones, el autoconocimiento, para que luego puedan fortalecer su mentalidad de emprendedora. Tienen que saber qué significa ser emprendedora porque muchas veces ya lo son. Nos hemos encontrado con mujeres que han sostenido negocios por diez años, pero ellas mismas no se conceptualizan como emprendedoras.

"En la fundación buscamos fortalecerlas en su capacidad para tomar decisiones, el autoconocimiento, para que luego puedan fortalecer su mentalidad de emprendedora". (Renzo Salazar)
"En la fundación buscamos fortalecerlas en su capacidad para tomar decisiones, el autoconocimiento, para que luego puedan fortalecer su mentalidad de emprendedora". (Renzo Salazar)


-¿A qué se debe eso?

Quizás es porque nunca han tenido este proceso de reflexión para darse cuenta de sus logros. Ese es nuestro punto de partida, que empiecen a confiar en ellas mismas. Posteriormente ya les damos los conocimientos técnicos. Algunas suelen pensar que sus capacidades emprendedoras no son fuertes, cuando en la práctica es todo lo contrario. Y así uno les termina diciendo: ‘tu negocio es exitoso, haz logrado educar a tus hijos, sostenerlos, equipar tu casa, el piso’. Sin embargo, como muchas veces viven el día a día, no realizan ese ejercicio de reflexión.


-¿Qué otras barreras enfrentan las emprendedoras peruanas?

La mayoría tienen que ver con los roles de géneros, los cuales lamentablemente están muy marcados. Por ejemplo, suelen tener mayor temor a arriesgarse. Eso ha hecho que sus emprendimientos estén en sectores menos arriesgados, donde tienen que invertir poco dinero y por lo tanto es difícil que crezcan. La mayoría en comercio y servicios, donde tienen, además, mayor competencia. También está el hecho de que tienen un menor acceso al crédito. Asimismo, suelen tener redes más reducidas que los hombres.

-Y también tienen que dividir sus horarios para labores ajenas al negocio...

Sin duda la barrera más difícil de superar es el tiempo. Las horas que ocupan para el cuidado del hogar es tiempo que no le pueden dar a su negocio. De manera consciente o inconsciente, ellas finalmente no tienen mayor tiempo ni energía para hacer que el negocio crezca. Tiene un trasfondo cultural que tiene que ver con los roles de género y prejuicios.


-¿Y esto tiene solución?

Tenemos un programa llamado “Mujeres sin límites” donde vienen mujeres que ya tienen un negocio. Cuando tu conversas con ellas, te das cuenta de que su principal barrera es el tiempo. Entonces buscamos que vean su negocio no solo como un emprendimiento solo de ellas, sino de toda la familia. Si uno logra que todos entiendan al negocio como una fuente de progreso familiar, adquiere una connotación distinta con lo cual hay una mejor distribución de los roles en el hogar. Si queremos cambios, tenemos que involucrar a todos, incluido a los hombres.


-¿Cómo definiría a la mujer peruana?

La mujer peruana es guerrera, luchadora, no se queda dormida, ni quieta. Es aguerrida. Algo que la mueve normalmente es el progreso, poder dar a su familia mejores oportunidades. Al haber una mayor participación de la mujer en la economía no solamente habría un crecimiento de los indicadores macroeconómicos, hay muchos estudios que vinculan a los ingresos de la mujer con la reducción de brechas sociales porque ellas suelen invertir más en temas de educación y salud en su familia.



AUTOFICHA

- Comunicación para el Desarrollo en la PUCP. Además, cuento con una maestría en Sociología y otra en Gestión de la Inversión Social. Ingresé a la Fundación Belcorp en 2006, pero tras una breve pausa volví en 2018. Ahora lidero el equipo”.

- “Vengo de una familia donde mi mamá era ama de casa y siempre tenía mensajes progresistas. Me decía que estudie y sea independiente. Sin embargo, también era la menor de dos hermanos y recibía mensajes como: ‘haz la cama de tus hermanos o lava los platos’. Yo como niña me revelaba”.

- “Creo que hemos avanzado mucho para lograr igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, seguimos arrastrando aún roles que no ayudan. Para mi fue un proceso personal el darme cuenta de ello y le fui poniendo etiquetas y nombres a lo que me molestaba”.


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