La Selección Peruana Sub 23 ganó uno de cuatro partidos en el Preolímpico 2020. (Foto: AP)
La Selección Peruana Sub 23 ganó uno de cuatro partidos en el Preolímpico 2020. (Foto: AP)

Es imposible no tener esperanzas, aun cuando no existan expectativas. La selección peruana Sub 23, aquella que alberga a nuestros jóvenes talentos, aquellos que están a un paso de formar parte de la selección mayor, no habían dado la talla en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y muchos pensábamos, por encima de todo, en la reinvindicación en el Preolímpico 2020.

Nada de eso fue así. Al mando de un crack como es Nolberto Solano, los seleccionados perdieron en su debut ante Brasil por 1 a 0, luego vencieron 3-2 a Paraguay. Posteriormente llegó otra derrota contra Uruguay y por último cayeron 2-1 con Bolivia.

Más allá de los números, la Sub 23 de ‘Ñol’ no ha cambiado. No se ha cuajado, sale al campo sin un orden de juego, desperdicia sus talentos. Sin un plan con un objetivo.

No se trata de echarle la culpa a una persona del fracaso, pero es evidente que responsabilidad existe en el Director Técnico. Quizá el mayor porcentaje cuando hablamos de unos jóvenes.

También sabemos que la expectación provenía de pensar que Solano tendría algo de la escuela de ‘Gareca’ después de haberlo acompañado por un largo tiempo. Un entrenador que saca lo mejor de sus jugadores. Tampoco lo fue.

Además, no podemos olvidar que para quién tome el mando de un equipo nacional, el reto cada vez se hace más grande. La informalidad de nuestro campeonato, nuestra bolsa de minutos y nuestra poca capacidad para potenciar jóvenes talentos, así lo confirman.

En una historia como esta, las responsabilidades se comparten pero también se asumen. El problema es cuando todo eso ya se sabe pero la historia, no cambia.