Toto Leverone, baterista de Mar de Copas. (Fotos: JORGE CERDAN).
Toto Leverone, baterista de Mar de Copas. (Fotos: JORGE CERDAN).

Siempre vuelve al primer concierto de . Phantom Café sobre la avenida Diagonal, Miraflores. Adentro, no había espacio para más personas. La curiosidad por ver a la banda que debutaba esa noche flotaba en el ambiente. Dos o tres meses antes publicaron el primer casete que traía canciones como “Fugitivo”, “Mujer noche” o “Corazón de acero”; esta última de casi 7 minutos y dos secciones notoriamente diferentes, una de las favoritas de Toto Leverone.

De aquel primer concierto han pasado casi 30 años. La banda también conformada por , Manolo Barrios, Phoebe Condos y César Zamalloa ingresa en la recta final de la gira nacional “Nos volvemos a encontrar”. Entre sus próximos conciertos figuran uno en Cava Boulevard de Villa María del Triunfo, el 28 de octubre, y otro en Yield Rock del Centro de Lima, el 4 de noviembre, además de la siempre nutrida agenda en otras regiones del país. Y prometen el lanzamiento de una colección de vinilos.

En la tornamesa está girando un disco de una simbólica banda del británico. Grupo que escucha desde los 19 años, cuando asistía a discotecas como Nirvana, en los años de Narcosis, la banda subte de Wicho. Años en que estudiaba Mecánica Automotriz, alquilaba sonido y era DJ cuando no se les decía DJ. “Casetero era”, dice y ríe con discreción detrás de unos lentes oscuros, debajo de su gorra negra y dentro de un polo gris, una casaca jean, un pantalón y botas negras, parado al lado de su motocicleta TRIUMPH, modelo Bonneville T-100. Estamos en el taller donde personaliza motos, que también es el club Toto Garage y el lugar donde recibe a los amigos, donde los espera con un bar, un piano, un micrófono y una moto colgada en la pared. Antes de comenzar la entrevista, camina al tocadiscos y le baja el volumen a Echo & The Bunnymen.

MIRA: Patica Jenkins Gibson, abogada y artista: “Hay que ser atrevida, la gente que no se atreve creo que no hace nada”

-¿Cuándo trabajabas alquilando sonido y poniendo música ya querías ser baterista?

Desde que terminé el colegio me compré una batería y la tenía en mi cuarto. Pero no tenía banda.

-¿Por qué te compraste la batería?

Me llamaba demasiado la atención. En esa época me encantaba Led Zeppelin y me encantaba cómo tocaba John Bonham; me parecía muy difícil, pero le daba y le daba, hasta que la gente me decía: “¿Hasta cuándo vas a tocar solo?”. Me buscaban guitarristas, amigos, hasta que en una de esas cayó Manolo Barrios.

-¿Cómo llega Manolo?

Teníamos dos amigos en común. Con uno de ellos, un día llegó Manolo. Los dos éramos más o menos parecidos: introvertidos, estábamos aprendiendo en la ruta; fue un “vamos a ver qué pasa”. Y mira, han pasado 30 años.

-Y lo primero que arman es Inocentes.

Que duró tres, cuatro años.

-“Fugitivo” llega como As de Copas, ¿no?

Es la primera canción del primer disco de Mar de Copas, que antes se llamaba As de Copas, hasta que, cuando el disco ya estaba a la mitad, se cambió de nombre.

-¿Quién lo cambió?

Wicho.

-¿No te opusiste a que entre Wicho, capaz porque venía de una banda subte como Narcosis?

(Risas). Wicho es un gran cantante, muy afinado. Su voz es agradable.

-¿Manolo te propuso hacer una banda como, finalmente, fue Mar de Copas?

No fue planeado. Pero en esa época los dos éramos plomos (técnicos) de Miki González. Manolo me pasó la voz para trabajar con Miki; él era plomo de guitarra y faltaba un plomo de batería, y me pasó la voz. Y nos recorrimos todo el Perú.

-¿Fuiste plomo de Pelo Madueño (de Narcosis)?

Estuvo una época y de ahí empezó a tocar Filomeno Ballumbrosio. Y Miki tenía un montón de música de pop español, como Gabinete Caligari, Radio Futura, El Último de la Fila, Duncan Dhu, Danza Invisible, Los Secretos. Teníamos esa referencia.

-¿“Fugitivo” representa bien lo que querían en ese momento?

Claro. Cuando terminamos de hacer “Fugitivo” me di cuenta de que sí sonaba bien, compacto, tenía un sonido propio. El tempo, la letra, los arreglos de la guitarra, el delay, todo jugaba bien. Y dije: “Si esto sigue así, vamos para adelante”.

-¿Proyectaste a Mar de Copas como una banda radiable?

No. La primera vez que sonó una canción de Mar de Copas en la radio yo me sentía ‘rarazo’. Pensé que toda la vida iba a ser en nuestro entorno, chiquito.

-¿Por qué crees que MDC ha durado 30 años?

Porque al final hemos llegado a ser como una familia. Y el hecho de que hayamos tenido siempre conciertos, no hemos parado, siempre había algo que hacer, eso es lo que nos ha mantenido con la máquina prendida.

MIRA: Miguel Ángel Vallejo, escritor: “No me gustaría un teatro que ofrezca respuestas”

-¿Desde una moto se ve diferente la vida?

Cuando me pongo el casco para subirme a la moto, a veces pienso que estoy caminando para subirme al escenario, donde igual me voy a sentar. Está la carretera, el público. La moto también tiene ritmo, golpes; la batería también se ‘maneja’. Hay potencia, hay velocidad. Por eso a cada rato los Mar de Copas me dicen que acelero mucho las canciones. Siempre tiendo a correr más.

-Piensas que estás en la moto.

(Risas). Sí. Tiene que ver.

Toto Leverone es baterista de Mar de Copas. (Fotos: JORGE CERDAN).
Toto Leverone es baterista de Mar de Copas. (Fotos: JORGE CERDAN).

-¿Qué aprendiste primero: moto o batería?

En simultáneo.

-¿La moto por qué te gustaba?

Me gustaba la calle, manejar. Pero mi madre hizo bien y no me dejó tener moto desde los 9 años que yo quería tener una.

-¿A qué edad tuviste tu primera moto?

Tenía mis motos escondidas desde los 15.

-¡A escondidas!

Sí, no podía llevarlas a la casa. Me compraba una moto a medias con otro amigo y la guardábamos en su casa.

-¿Y oficialmente cuándo tuviste una moto?

Tarde ya. A los 40 años. O sea, una moto con mi tarjeta de propiedad, con mi nombre, todo.

-¿Qué dirías que haces mejor: tocar la batería o manejar la moto?

(Ríe). Nunca me he caído en la moto. Quiere decir que no manejo mal. Pero sí me he ‘caído’ en la batería; o sea, a mitad de concierto he tocado mal, he estado fuera de tiempo, eso es como caerse.

-¿En Mar de Copas se han preocupado más por expresar que por parecer que tocan bien?

Totalmente. Lo que transmite tu canción y la banda es más interesante que ver a un pata que la rompe con la guitarra pero no te dice nada. Grupos como Echo & The Bunnymen no te dicen: “Mira cómo sé tocar, mira cómo te impresiono con el instrumento”. Ellos dicen: “Mira lo que te voy a transmitir”. Buenas letras, buena melodía, bonitas canciones, buenos arreglos, la banda en sí, ver que los cuatro o cinco hayan logrado hacer química y transmitir una cosa bonita, eso para mí es una banda de verdad.

MIRA: José Joel, hijo de José José: “Mi papá fue muy honesto, entregado y humilde”

-¿Qué hay de ti en las canciones de Mar de Copas?

He compuesto canciones. El primer disco lo hicimos Manolo y yo. Y una cosa que también me dicen: que toco muy fuerte la batería, lo que contrasta con la melodía suave, tristona y romántica, lo que es una cosa rara porque generalmente ese tipo de música jala a una batería suavecita.

-Es que tú estás en una moto.

(Risas). Sí pues, algo así debe ser.

-Entonces, nos quedamos con esta idea: lo que queremos comunicar es lo importante en el instrumento.

Claro, esto es lo que te quiero transmitir: estoy feliz, triste, preocupado, eso la gente lo percibe al escuchar una canción.

Toto Leverone es baterista de Mar de Copas. (JORGE CERDAN).
Toto Leverone es baterista de Mar de Copas. (JORGE CERDAN).

-¿Y cómo estás ahora: feliz, triste, amargo?

Estoy sabiendo manejar el presente y lo que se viene. En la vida hay que saber manejar. Manejar tu adolescencia; a mis 57 años tengo que empezar a ver cómo voy a manejar mi vejez, hay que saber recibirla.

-¿Sientes que la vejez te espera en la esquina?

No, porque mi oficio no me deja ser viejo. Numéricamente seré viejo o adulto mayor, pero en realidad una persona que se dedica a la música, al rock, por más que tenga canas tiene una actitud juvenil. No me preocupa tener 80 años y seguir tocando batería; es más, me encanta la idea.

-¿Qué representa Mar de Copas tres décadas después?

Ya han pasado tres generaciones escuchando Mar de Copas, hay gente que tiene nuestra edad, y muchos de ellos se han casado, sus hijos van a los conciertos, hay hasta abuelos.

-¿Es la banda que querías que sea?

(Mastica su respuesta). Como no apuntamos a nada, en el sentido de ‘queremos que sea de este estilo’ o ‘queremos que dure tantos años...’, todo salió solo. Sí, me gusta el proceso que ha tenido y a donde ha llegado.

-Cuando escuché “Fugitivo” pensé que serían una gran banda. Para mí la mejor de ese primer disco.

Es una canción que me trae mucho feeling porque es la primera. La letra me encanta porque es real, porque Manolo y yo salimos hacia el norte.

-Es una canción para ir en moto.

Sí, alucina que sí, hasta Punta Mero, porque en la canción se dice: “En el mar de Punta Mero”. Y, efectivamente, estuvimos ahí.

-Pero no se fueron en moto, ¿o sí?

No, no, no. Nos fuimos en Tepsa (reímos).

AUTOFICHA:

- “Nadie sabe que me llamo Eduardo. Me dicen Toto. Soy Eduardo José Leverone Muñoz. Mi abuelo era italiano. No lo conocí, pero nos dejó a todos, inclusive, la nacionalidad. Soy muy amiguero, me gusta cocinar, hacer parrilla, conversar con los patas; los italianos son así”.

- “Nací en Lima, tengo 57 años. Estudié Mecánica Automotriz en Senati. Estudié unos cursos de electrónica, carreras técnicas. Además de Trece Baladas y Mar de Copas, toqué en un grupo que se llamó La Secta. Con MDC hemos publicado siete discos”.

- “El disco en vivo de Mar de Copas me gusta cualquier cantidad. Es el único disco de MDC que escucho de vez en cuando. Se siente que está en vivo. Es un disco doble. Tengo mi club de motos que se llama Toto Garage, es un club cerrado. Y soy fan de AC/DC y Led Zeppelin, siempre me gustó el rock”.

ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR

Romy Chang

TE PUEDE INTERESAR

TAGS RELACIONADOS