Carlos Galdós presenta el show ‘Yo también puedo ser presidente’.
Carlos Galdós presenta el show ‘Yo también puedo ser presidente’.

Busca una olla, la encuentra, le echa agua y la pone sobre la hornilla que acaba de encender. Saca unos tallarines y los coloca dentro de la cacerola. Abre la refrigeradora, saca un pírex que tiene una masa verde adentro, es una salsa pesto que él mismo preparó días atrás, o tal vez semanas. Asegura, mientras ríe, que prepara alimentos –y lo dice afirmando cada letra, extendiendo la ‘s’ final– para varios meses. “Versus lo que puedan pensar, soy bien organizado. Si te enseño mi refrigeradora, te cagas de risa de la organización”, me dice mientras prepara su almuerzo.

alista su próximo espectáculo, que titula Yo también puedo ser presidente, en el que revisa con humor parte de nuestra historia política de los últimos 30 años, y manifiesta que, pese a todo, lo hace desde la esperanza. El espectáculo es por Fiestas Patrias y se realizará los días 28, 29 y 30 de julio, en las funciones de 7 p.m. y 9:30 p.m., y el 31 de julio, a las 6 p.m. y 8:30 p.m. Todo en el Teatro NOS de la Pontificia Universidad Católica, ubicado en Av. Camino Real 1037, San Isidro. Entradas en .

Desde adolescente, o niño tal vez, siempre tuvo la misma dinámica. Su madre trabajaba en el Seguro Social y él tenía que atenderse como hijo único. “Y conforme pasan los años me voy pareciendo más a mi mamá”, me dice y sonríe con cautela, mientras vigila de reojo que el fuego no consuma los tallarines.

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-Me dices que buscas ahorrar, por eso vas a supermercados con bajos precios y compras para varios días, pero muchos pensarían que a una figura de la televisión le sobra el dinero.

Son fantasías. Se gana bien en la tele, pero no todos ganan bien. ¿He ganado bien en la tele? Claro que he ganado. ¿Hoy? No.

-Pero llevas, al menos, 20 años en la televisión.

La gente que gana mucha plata en la tele son dos o tres. Depende de cómo te manejes.

-Cuando vivías con tu madre y eras adolescente, ¿ya querías ser una figura de la televisión?

Era una época en la que todo el mundo se iba. Estamos hablando de los 80. Yo era clase media baja y estudiaba becado: tuve que ser brillante para obtener la beca. Pero en algún momento no lo pude sostener y me vi en la necesidad de ir a un no escolarizado. Pero siempre me movió comunicar, contar cosas.

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-¿Alguna vez pensaste ser un político?

Alguna vez me lo ofrecieron... Pero eso es algo sagrado. Hay que prepararse para eso sino te conviertes en la voleibolista que llegó al Congreso.

-Pero hemos tenido presidentes o congresistas muy ilustrados, y nada.

Esa es la pena. Entre uno y otro hemos llegado hasta este momento en que, como dice el título del show, yo también puedo ser presidente. Y mira lo que está pasando y no tiene que ver con Castillo, viene de atrás. El show parte de la premisa ¿por qué los peruanos elegimos tan mal?

-¿Pero somos solo los peruanos? En EE.UU. tuvieron a Trump, en Brasil tienen a Bolsonaro y en Francia la extrema derecha goza de buena salud.

La humanidad está en una crisis de elección, en todo caso. Pero en particular creo que los peruanos lo venimos haciendo mal desde hace bastante tiempo y me enfoco ahí, me enfoco en: ¿por qué le ponemos más interés a comprarnos un auto que a elegir a un gobernador, alcalde, congresista o presidente?

-Más nos demoramos en elegir una zapatilla que a un presidente.

La miras, la vuelves a mirar, piensas si tienes la ropa adecuada. Todo ese proceso es más concienzudo que para elegir una autoridad.

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-¿Has encontrado alguna respuesta de por qué pasa?

La desarrollo a lo largo del show. Somos un país ignorante, ¿no? Hay un ejercicio macabro de no darnos la educación que corresponde. Estamos muy poco cultivados. Eso, entre otras cosas.

-¿En estos últimos 30 años alguna vez lo hicimos bien?

No lo venimos haciendo bien hace rato, a lo mejor desde que volvió la democracia. Recuerda que a Alan lo eligieron por lindo, porque era churro.

-Y a Fujimori lo elegimos porque era ‘el chino de la esquina’.

Honradez, tecnología y trabajo. “Los chinos son chamba”, “el chino es honrado”, se dice. Además, es la confusión entre chino y japonés (ríe).

-Parecía que Toledo era el renacimiento. ¿Creíste en él?

Sí, claro. A Fujimori sí no le creí. Venimos de mal en peor.

-Capaz sí creíste en PPK.

Creí. Era el economista perfecto, el hombre de mundo.

-Y creíste en el Vizcarra que empezaba la pandemia...

A lo mejor somos muy crédulos (risas). No contamos la historia a nuestros hijos. Hoy un chico no tiene la más remota idea sobre el terrorismo. Queremos hacer la tarea a último minuto. Y ahora nadie quiere irse.

-Si se va Castillo, ¿quién viene?

Además, eso.

-¿O confías en alguien?

Después de esta revisión de confianzas (ríe), de hecho que no. No hay un solo líder. Pero me imagino que algo va a ocurrir, tendrá que aparecer alguna fuerza en algún momento. No creer en nadie es bien grave. Lo que pretendo, además de entretener, es que desde el humor generemos cierta conciencia de responsabilidad.

-¿Cómo salimos de esta?

Ahora pues. Todos los días hago esa pregunta. Siempre elegimos peor y no sé si este sea el fondo. Algo tendrá que pasar. No me digas que no hay salida. Aspiro a un país con reglas, donde sepa qué va a ocurrir al menos en los próximos cinco años.

-Entonces, ¿qué toca celebrar en Fiestas Patrias?

Reflexionemos pues. No hay mucho que celebrar seguro. Creo en el cambio progresivo, quiero tener esa esperanza.

-Nos queda el humor.

Sí, pero no podemos perder las esperanzas, aunque suena bien eslogan. Si no, nos van a levantar en peso. Se están repartiendo todo. Los que están en el Congreso dan vergüenza. Y no hay nadie al centro que nos una. En el manual del náufrago lo último que pierdes es la esperanza, porque si pierdes la esperanza, dejas de moverte y si dejas de moverte, ni siquiera flotas, te mueres.

-Podrías mudarte a otro país.

En la época de Alan no podía y ahora puedo. Pero no lo haré. ¿Por qué? Me están robando lo mío. ¿Por qué no se van ellos mejor? (ríe). Les construimos un país para que roben (ríe). Los casi cincuentones ya pasamos una. Ya pasé la más brava, que fue el terrorismo. Hemos pasado el COVID. Voy a pasar esta también. A estos delincuentes vamos a pasarlos. Lo único que hay que hacer es seguir intentando, porque la siguiente puede ser la puerta; claro, cada intento tiene que ser diferente al anterior. Castillo es la punta del iceberg. No puedes permitir que treinta años de hijos de puta te roben la esperanza. No puedes perder la esperanza, Mijail.

AUTOFICHA:

- “Soy Carlos Enrique Galdós Irribarren. Nací en Lima, este año cumplo 48 años. Estudié en la San Martín, pero no terminé la carrera porque comencé a trabajar y a trabajar. Pararte en la vida es un acto de rebeldía, es una acción de vida”.

- “Me gusta comunicar; comunico como comediante. El humor es arte. Soy presentador, soy conductor. Soy artista. Todo lo he hecho como a mí me ha gustado. No hago cosas que no me gusten y cada una en su tiempo me ha enseñado lo necesario para continuar”.

- “También estoy en Radio Oxígeno, de 6 a 10 de la mañana, en el programa Rock n’ shock, de lunes a viernes. En Canal 5 estoy en Por Dios y por la plata, de 11 a 12 de la noche. Y tengo los shows. Todo lo que quiero hacer lo hago. No me planteo el ‘qué me falta hacer’. No vivo con esto de ‘y ahora qué más hago’”.


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