Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).
Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).

No dijo nada. O casi nada. Solo le contó a su madre que tenía un casting y que no se lo cuente a Fiorella. “Me puede quitar el papel y solo hay uno, y este papel es mi sueño”, advirtió. Se bañó, se cambió, se puso regia y salió de casa. Salió a escondidas. Subió a su carro y dejó la playa de estacionamiento en el balneario de Ancón. De repente, vio a su hermana. Tenía las sandalias en una mano y la maleta en la otra; vestía ropa de baño y aún traía la arena de la playa en el cuerpo. “Espérame”, gritó con su voz aguda. No pudo evitarlo. Partieron al casting para ingresar a la telenovela . Solo había un papel disponible, pero entraron las dos.

Historia que empezó hace 25 años y que será celebrada este 23 de noviembre en el Anfiteatro del Parque de la Exposición. La primera vez que estarán los siete miembros del grupo que nació en la telenovela, siguiendo los pasos de productos mexicanos como Muñecos de Papel.

Más de dos décadas después, si Bárbara Cayo se para frente a un espejo, ¿qué se dice a sí misma? “Muy bien hecho”, me dice y ríe.

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¿Volver a este show con Torbellino puede tomarse como un reto?

Es bonito recordar etapas y qué más bonita etapa que la adolescencia, donde uno tenía sueños, cuando uno tenía ilusiones genuinas. A mí, sinceramente, no me gusta regresar al pasado. Pero Marco nos propuso esta idea de cantar después de 25 años y unirnos, y me explicó las razones: en realidad, no habíamos cerrado el grupo; de pronto, se desunió y chau, cada uno se fue por su lado. Este es un momento para hacer eso (cerrar el círculo) y para regalarle a la gente esos tiempos de ilusión.

¿Qué ilusiones tenías en ese tiempo?

En esa época yo no era adolescente, pero nos veían muchos adolescentes. Yo ya estaba casada, ya tenía 23 años.

Pero, de alguna forma, te sentirías adolescente.

Interpretaba a una chica de academia, de 17 o 18 años. Yo me sentía mayor. Siempre me he sentido mayor. No sé por qué. Siempre me ha gustado conversar con gente mayor. Estaba casada, pero sí tenía sueños e ilusiones.

Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).
Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).

¿Qué sueños tenías?

Continuar con mi carrera artística.

Ya eras mamá. ¿Eso no fue un tema?

Ahí sí tenía un gran reto. Al final, tienes que elegir: o la familia o la vida de artista, que en esa época sí tenías que viajar mucho, hacer giras para promocionar, no había redes. Ahí tenías que elegir.

¿Qué elegiste?

Siempre elegí la familia. Y siempre uno tiene ilusiones, pero siempre cambian.

¿Y hoy cuáles son tus ilusiones?

Las tengo para mí (sonríe).

Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).
Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).

No querías que Fiorella vaya al casting de Torbellino. Tenías claro cuál era tu sueño.

Lo que pasa es que ella ya estaba trabajando en series de Iguana y a mí me habían llamado para varios castings y yo no había podido hacer los castings porque mi esposo en esa época era muy celoso y no me dejaba. Siempre me encantó la música, desde chiquita, y cuando aparece este proyecto no lo quería dejar pasar. Dije: “Ah no, acá me voy al casting sea como sea”. Prácticamente, me fui al casting a escondidas, no quería que nadie se enterara. Tal vez mi hermana me podía quitar el papel. Solo había un papel. Quedamos las dos y a ella le inventaron un papel, y a mí me dieron el que correspondía.

Me contaste que cuando te ibas en el carro, ella apareció. ¿Por qué no seguiste sin ella?

¿Cómo iba a dejar mi hermana? No había forma. Estás loco (ríe). Yo la veía por el retrovisor corriendo, como película cómica. “Oye, yo quiero ir, yo te quiero acompañar”, decía. “Vamos, está bien”, le dije. Ella siempre ha sido osada, desde chiquita. Mi papá la iba a castigar y se escapaba por la ventana (risas). Igualito, con los zapatos en la mano. Y la veías en la cornisa de la ventana parada, escondiéndose de mi papá. Me pedía que no diga nada. Yo me mataba de la risa.

¿Tú has sido, digamos, más moderada?

Las dos somos bien diferentes. Yo soy más tranquila, más calmada. Y ella es más pilas, más pícara.

En sus rostros se ve.

Ella es más traviesa (ríe).

Y Stephanie salió punto intermedio.

Es un compendio de todo.

¿Por qué Stephanie llegó a Hollywood?

Yo se lo dije. Una aprende de experiencias. Y ella tuvo la suerte de que al ser la menor, aprendió de las experiencias de sus hermanas mayores. Si se quedaba en el país por equis motivo, no iba a evolucionar. Evolucionas, pero aquí nomás. Por eso a ella le fue bien.

¿Qué le dijiste?

Que se vaya (ríe). Y ella desde chiquita siempre quería más y más. Lo que pasa es que cuando yo me enfermé ella casi se queda. Me dio el tumor y ella estaba a puertas de irse a Nueva York a estudiar becada a una academia. Y me dijo: “Me quedo”. Le dije: “no, tú te vas; te vas y te vas, y no paras hasta Hollywood”.

Escribiste su destino. ¿Pero era un decir o tenías claro que pasaría?

Totalmente. Tenía la convicción de que ocurriría.

Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).
Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).

¿A Alessia, tu hija y Miss Perú 2022, le dijiste que no entre a este mundo?

Alessia ha estudiado Educación Inicial y Arianna ha estudiado Administración de Empresas. Lo hicieron porque quisieron, pero las dos se fueron por el arte. Y las dos son artistas. Pero no me imaginé que fueran a entrar en mi mundo.

Capaz no querías.

No quería. Pero entraron. Lo tenían en la sangre. Y Arianna es una excelente compositora.

Volvamos a Torbellino. ¿Ese día del casting sentiste que sería fácil o dudaste de ti?

Apenas entré sentí muy buena vibra y dije: “Este es mi lugar”. Estaba en la Casa Dasso, donde habían grabado Carmín. Yo había visto Carmín y quería estar ahí.

Cuando veías Carmín, ¿te veías a ti en la televisión?

No. Me encantaba ver la novela, yo era muy romántica.

¿No eras de las chicas que fantaseaba con ser actriz?

No, eso me pasó después. Yo quería ser doctora. Era buena en química, física.

¿Y no intentaste ser doctora?

Lo intenté. Pero mi mamá no quería porque me decía que me podía pasar algo. Y de casualidad me puse a hacer comerciales para la televisión, y una cosa trae a la otra y entré como conductora de un programa que se llamó Taxi. Me gustó lo que hacía y seguí.

¿Estuvo bien o debiste ser doctora?

Eso es algo que siempre se me ha quedado ahí.… Yo quería ser pediatra. Pero cuando te va bien en algo, te sientes bien y sigues. Pero estoy segura de que hubiera sido una muy buena doctora (ríe). Yo creo en las otras vidas y también he sido cantante de ópera…

Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).
Bárbara Cayo, 25 años de Torbellino. (Foto: Giuseppe Falla).

AUTOFICHA:

-“Nací en Lima. Estudié Comunicaciones, pero me faltó un ciclo porque salí embarazada. Me encantaba cuando entrevistaba a los artistas. Eso lo hacía en Taxi, el programa musical de TV. Llegué a entrevistar a Ricky Martin, a Biby Gaytán”.

-“En Taxi también entrevisté a todos los Muñecos de Papel, a Yuri, a Paloma San Basilio, a Rocío Dúrcal. Y yo tenía 17 años, me comía las uñas antes de cada entrevista (risas), nerviosísima. Estuve en la conferencia de prensa de Luis Miguel (risas)”.

-“También estuve en Al rojo vivo, hice Mala mujer con Ruddy Rodríguez, novelas de América, teatro y más. Y lo más importante: si quieren divertirse y revivir momentos, tienen que ir este 23 de noviembre al concierto de los 25 años de Torbellino”.

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