Foto: Rafael Cornejo.
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Redacción PERÚ21

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Verónica Linares,PeriodistaPor: Gonzalo Pajaresgpajares@peru21.com

Mientras tomamos un café, Verónica Linares, conductora del noticiero Primera Edición (de L a V, desde las 6 a.m., por América Televisión), nos cuenta que estudió Periodismo a pesar de la oposición de sus padres, quienes veían en este oficio una ruta segura hacia la pobreza. Se equivocaron.

Siempre has hecho tele…Sí, la primera vez que pisé una redacción fue el sábado 2 de enero de 1998, a las 8 a.m. Fue horrible. Sin embargo, después me encantó ver todo el movimiento y la presión del periodismo. Allí me dije: "Esto es lo mío". Creo que escribo bien, aunque no soy una poeta. Estoy por relanzar mi blog: 'La Linares', espacio que dejé porque justo me divorcié y no podía meterle punche (ríe).

A propósito, tu matrimonio duró poco, ¿no?Tres añitos, creo que estuvimos en el promedio. Y sí, pues, la típica, antes de casarnos estuvimos varios años juntos. Seguimos siendo amigos. Además, no hablaría mal de él, porque hablar mal de tu 'ex' es bien estúpido, pues quien queda mal, como una tonta, es una. Alguna vez, él me dijo: "Qué bueno que nos llevemos tan bien". "Yo lo hago por mí, no por ti", le respondí (risas).

Me contabas que estudiaste Periodismo por el influjo de Manuel Jesús Orbegoso y la admiración que te causó ver su biblioteca. ¿Cómo es tu biblioteca?Lamentablemente, no se parece a la suya. Me acabo de mudar –sola– y tengo un cuarto donde están mis libros, que son, en su mayoría, de autores latinoamericanos. No me gustan los libros muy complicados, los de autoayuda, los autores extranjeros traducidos… no puedo. ¿Cuántos idiomas sé? Dos, y más o menos: el castellano y el inglés.

¿Solo sabes más o menos el castellano?(Risas). Es lo que hay.

Recuerdo tu época de reportera televisiva…Hice reportajes hasta el 2005, cuando ya conducía Primera Edición, dupleteaba, una cosa de locos. Aguanté este training dos años, luego me fui a Recursos Humanos a exponer mi situación y allí me dijeron que mi contrato era como conductora, que mis reportajes eran voluntarios. Y ya no quise, pues, me dediqué a sacar mi licenciatura (ríe).

Federico Salazar es un hombre inteligente. Encontrarle una compañera podía haber sido difícil, pero contigo hay feeling, ¿no?¿Me estás halagando? Ah, ya. Federico es muy inteligente, rápido y encantador, por eso le iría bien en televisión con quien sea. Y si funcionamos es porque somos patas, dos chibolos que chambean. Cuando recién empezamos a trabajar juntos fue horrible porque escuché algunos malos comentarios sobre mí de reporteros con quien había trabajado, recorrido las calles. Decían, por mala onda, que por qué me habían elegido, que estaba alucinada. ¿Alucinada de qué? Yo era y sigo siendo la misma persona de toda la vida. Eso me dolió.

¿Por qué te eligieron?Por lechera (risas). Mi psicóloga me dice que se llama 'talento' y no 'buena suerte'.

¿Te gusta Primera Edición?Claro, de lo contrario no estaría allí, sería una loca. Yo pienso que es un buen noticiero.

¿No es sensacionalista?Así es su formato. Los accidentes, el sensacionalismo y el amarillismo, sí, pues, es nuestra realidad, así se lo digo a todos, incluso a mis alumnos. Si vives en San Antonio, Miraflores, imaginar que uno de tus niños pueda ser atropellado por una combi en la puerta de tu casa es imposible porque, por allí, las combis no pasan. Sin embargo, esto no sucede en la mayoría de espacios de nuestro país, donde las combis abundan. Por eso la gente se identifica con nuestro noticiero, porque la historia de la combi es algo que le pasa a diario, porque nosotros les damos espacio a sus problemas. Además, yo creo en el poder del control remoto: si algo no te gusta, cambia de canal.

Beto Ortiz me dijo que el objetivo del noticiero que él conduce es ser segundos, que ustedes eran imbatibles…No lo leí. No sé cuál habrá sido su intención. Ser primeros es un peso y un reto. Nunca antes hubo en nuestra televisión tantos noticieros matutinos: cuenta, son diez. ¿La fórmula de nuestro éxito? No la sé. Si la tuviera, ya habría ido a otro canal y les habría pedido un montón de plata (ríe). Funcionamos porque aquí hay un buen equipo y un gran ajedrecista que sabe manejar las piezas y conoce al público: Roberto Reátegui, el director del noticiero.

¿No te das ningún mérito?Sí, pero Federico y yo somos parte de esa estrategia. La gente ya se acostumbró a vernos: mientras los otros noticieros cambian a cada instante, nosotros nos mantenemos; cambiamos contenido, estilo, piezas, pero siempre damos la cara nosotros. En la tele, en el noticiero somos dos personajes: Federico es el mañoso, el vivo; yo, la inocente. Pero todo es chiste, pues; quien no se da cuenta de que yo me hago la cojudaza es un cojudo (ríe).

AUTOFICHA

- Nací en 1976, en Lima. Mi padre es arequipeño; mi madre, cajamarquina. Mi viejo dice que es la peor mezcla de todas: son los cholos más jodidos que existen (risas).

- Yo soy tranqui, relajada, aunque cuando me rayo, me rayo mal. Estudié Periodismo por Manuel Jesús Orbegoso, a quien conocí a los 11 años.

- Su biblioteca era gigante, estaba llena de libros, de fotos, de recuerdos de todo el mundo. Me pareció chévere que a alguien le pagasen por viajar, por conocer el mundo.