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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

En realidad, por más que uno piensa que el tema amerita una tregua para así apaciguar los ánimos, este no parece poder dejar las primeras planas de los diarios. Ahora, con mayor motivo, las pasiones se han reavivado por los comentarios de Mario Vargas Llosa sobre la salud del exmandatario y –sorprendentemente para un intelectual y liberal– su pedido para que su requerimiento de ser entrevistado sea censurado.

En este contexto, es prácticamente imposible esperar que cualquiera que sea la decisión que Humala finalmente adopte, permitirá cerrar un capítulo que sigue enfrentando a los políticos peruanos, lo cual hubiera sido la principal ventaja para la mayoría de ciudadanos que no tienen una posición tan apasionada sobre este caso.

Al contrario, en la actualidad uno tiene la impresión de que una decisión en cualquier sentido será utilizada para echarle más leña al fuego por los segmentos más termocéfalos o hepáticos en ambos lados, con lo cual, el asunto tranquilamente se puede ir de las manos.

Por ello, haría bien Humala en patear el balón a la tribuna y enfriar el partido. No está obligado a decidir en algún plazo determinado, por lo que no debería permitir que lo estén apresurando ni presionando.

Por otro lado, el darse algo de tiempo adicional, si bien no va a lograr que cierren heridas que llevan abiertas más de 20 años, sí le permitirá ponderar con calma los pros y contras de cada camino a tomar. Incluso, lo dejará escoger la oportunidad más adecuada para dar a conocer su decisión final.

De cualquier manera, todavía consideramos que el lograr pasar la página de un personaje político que sigue siendo tan confrontacional sería el principal beneficio para el país de ser indultado.