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Giselle PatrónAutor: Gonzalo Pajaresgpajares@peru21.com

Se educó en París, fue elegida como el segundo mejor cuerpo del mundo y acaba de sacar una línea de bikinis. Giselle Patrón es una belleza que nos invita a pasar Año Nuevo en el Ghoa Club (km 41.5 de la Panamericana Sur). Iremos.

En París, ¿tu tipo era exótico?Era la bomba latina. Además, los franceses son superamables, supercaballeros, me encanta su forma de pensar. Es una sociedad libre, individualista, sin prejuicios y, como uno pasa todo el tiempo trabajando, no tiene tiempo para estar rajando del vecino. No es como la sociedad limeña, donde todo depende del qué dirán. Mis novios franceses fueron románticos. Los malos los encontré acá (risas).

¿Cómo son los peruanos?Machistas, dependen mucho de su grupo, no salen solos, siempre están pendientes de lo que digan sus amigos, siempre quieren aparentar, ser dueños de su pareja frente a los demás. Una relación de dos termina siendo de varios. Su mundo es enano, les falta abrir su mente. Yo les doy miedo, quizás porque soy autosuficiente, porque puedo mantener una conversación por más de tres minutos. Yo no me fijo en lo físico, voy más allá. Obviamente, el chico debe tener ojos lindos y una nariz rara; no me gustan los muñequitos, los agarraditos, marcaditos; prefiero a los hombres reales, de quien pueda aprender, me haga reír y me proteja. Prefiero la inteligencia y el humor que la belleza. Eso sí, las chicas no me gustan (risas).

¿Cómo son las limeñas?Se hacen las del calzón con bobos (ríe). "Yo nunca, ay, qué horror", y es mentira, están llenas de pecado (risas). Qué feo no ser auténtica. Si quieres hacer algo, hazlo y asume tu responsabilidad, no te ocultes.

¿Eres libre en tus relaciones?Si estoy sola, me relajo, me río, la paso bien, puedo tener un affaire. ¿Romances de una noche? Depende, nadie sabe lo que puede pasar (ríe). Pero en Lima no, pues, los limeños no son mucho mi style. Si haces eso acá, olvídate, todo el mundo se entera y termina en un chisme horrible. Y aunque no me importa el qué dirán, trabajo con mi imagen. Ya en otros lugares me libero, para qué cerrarse en un solo continente (risas). Hay que probar y conocer para saber qué quieres. Eso sí, si decido estar con alguien, solo estoy con esa persona y pido lo mismo.

¿Es verdad que amarras a tu pareja cuando haces el amor?Fue una broma. Yo dije: "Si veo un chico que me gusta, lo amarro a mi cama, lo encierro y no lo dejo salir". Si tengo un novio, me encanta estar con él, pasar una semana encerrada. ¿Eso se llama terapia de cama?, ¿en serio? (risas). Pero tengo que encontrar a la persona que logre ese efecto en mí.

¿Han sido varios los hombres bendecidos?Pucha (y empieza a contar), he tenido cuatro novios: un francés y tres limeños, imagínate, más novios limeños (y hace un puchero de desilusión). Mi primera relación fue un desastre. Soy peruana, me gusta el castigo: más me pegas, más te quiero (risas). En Europa, una tiene mundo, pero no calle; acá es al revés y, en esta sociedad, tener calle pesa más que tener mundo.

A pesar de tus reparos, te quedaste en Lima. ¿Por chamba?Nunca pensé en ser modelo, pero el trabajo me gustó. Yo soñaba con ser actriz, con ser cantante pero, la verdad, no canto un carajo. Sería la mujer más feliz si pudiese cantar. Sin embargo, me quedé por mi familia y porque me encanta el Perú. Si pudiera, agarraría al país, le vaciaría algunos peruanos y me dedicaría a viajar. La gente de provincias es espectacular. Sentía vergüenza porque conocía Europa, pero no Cusco, Arequipa, Trujillo. Regresé y durante los cuatro años que ya vivo aquí me he dedicado a recorrer el Perú. Mis viajes son roots style: como en las carretillas, ando en combi, llena de tierra.

Debe ser muy sexy verte cubierta de barro…(Ríe). ¿Tú crees? ¿Con la carquita en el cuello?, ¿saladita? (risas). De hecho, cuando estuve en Puno no me bañé todos los días (risas).

¿Todo es natural en tu cuerpo?Esteee, bueno, casi todo (risas). Mis abuelas chiclayana y trujillana tenían un cuerpazo. Yo heredé tamaño y otras cositas, pero no mucha 'pechonalidad': era como una mesa (risas). Por eso no me pude poner mucho, esto es lo máximo, no me entra más (ríe). La cara no me la tocaría, aunque acabo de ver a Magaly Medina y no parece operada. Está flaca, regia, tonificada: bastante plata le debe haber costado (risas). ¿Mi colita? Es toda mía, la he hecho a punta de queso.

¿Eres juerguera? Me gusta salir a bailar. Me tomo unas tres cervecitas, nada más. Creo que soy alérgica al alcohol, pero vino puedo tomar mucho. Si me vas a invitar a tomar un trago te salgo a cuenta pues, máximo, pido uno o dos. Si me llevas a comer, te mando a la quiebra (risas).

¿Qué te levanta la libido?El chocolate. Es un placer similar al del sexo pues, cuando lo como, ya no me dan ganitas. Además, me fascina comer. Es extraño, pero comer me da tanto placer como hacer el amor.