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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Por lo tanto, nos parece muy atinado que el ministro de Economía haya planteado un shock de gestión pública para modernizarlo. Esperemos que –a diferencia de su colega en Educación, tan cómoda en la mediocridad del aumento generalizado– lo que se esté diseñando sean mecanismos para diferenciar e incentivar a los trabajadores que dan resultados.

En realidad, la única manera de crear una meritocracia es recompensar a los buenos y despedir a los malos funcionarios. Además no podemos seguir avalando el concepto que la planilla pública sea una alternativa para darle trabajo a los allegados del Gobierno de turno que estén desempleados.

Por ello se tiene que transparentar totalmente el manejo del personal en el Estado. Los nombramientos políticos deben tener su cuota y estar identificados. Mientras que al resto de trabajadores solo se les debe nombrar por concurso público, sin conceptos de 'criterio' que son tan arbitrarios. Asimismo, un funcionario público que demuestra ser eficiente debería de estar adecuadamente remunerado.

Por otra parte, no sabremos a ciencia cierta que una institución estatal sea necesaria si no la obligamos a competir con el sector privado, para lo cual es fundamental la introducción de la prueba de mercado. Si las funciones del Estado son licitadas cada par de años, las entidades encargadas de ellas se verán forzadas a reducir sus costos, a limitar sus plazos y a mejorar su productividad para mantenerlas. Caso contrario, la labor que realizaba sería tercerizada a privados.

No hay duda que hay mucho por hacer para llegar a un Estado que sirva al ciudadano. Ojalá que en esta ocasión la reforma vaya en serio y se pueda llevar a cabo.