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Redacción PERÚ21

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Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Su paciente estrategia para retornar a la brega nos hace recordar la larga marcha que realizaron durante la guerra civil china las huestes comunistas cuando, perseguidos por las fuerzas nacionalistas, se replegaron, marchando durante todo un año, para luego reagruparse y así poder volver al ataque, hasta que eventualmente triunfaron.

En nuestro caso, estamos en el punto medio de la historia que hemos contado. El más sanguinario grupo terrorista peruano también se está reagrupando luego de una larga retirada que ha durado 15 años. En ese periodo, militarmente se han recuperado en algo, han fortalecido sus cuadros y han reafirmado la demencial filosofía que siempre los ha guiado, con lo cual hoy ya están infiltrados en frentes regionales y en sindicatos.

Más aun, cada día demuestran más capacidad operativa en el VRAEM y en cualquier momento nos sorprenden en el lugar menos esperado ejecutando algún atentado. Ha sido, sin duda, una negligencia criminal la incapacidad de sucesivos gobiernos –incluyendo al actual– que ha permitido que esos monstruos hayan resucitado.

Por otro lado, con las declaraciones de Elena Iparraguirre que hoy publicamos queda claro que nunca se rindieron, ni cambiaron de proyecto. Desde la prisión estuvieron aguardando a que el aparato de seguridad del Estado se fuera relajando y que el Poder Judicial –siempre tan fácil de ser intimidado– vaya soltando gradualmente a los terroristas que estaban encarcelados.

Así tenemos que las dos condiciones ya se han dado. Incluso, si Sendero aún no ha vuelto a explosionar en una orgía de terror y asesinatos generalizados, es porque no tienen ningún líder histórico para guiarlos. No olvidemos que es un movimiento mesiánico. Sin embargo, esa brecha en el liderazgo se cubrirá con la liberación de Osmán Morote el próximo año.