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Los laberintos del temor

Es incuestionable el hecho de que, ante la inseguridad, los peruanos se sienten cada día más atemorizados.

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Fecha Actualización
Fritz Du Bois,La opinión del directordirector@peru21.com

Es por ello que luego de los sucesos en Cajamarca se esperaba que la aprobación del mandatario se siguiera desplomando. Sin embargo, ha ocurrido lo contrario y hasta se ha recuperado en algo. Una explicación es que la población ve con aprensión lo que está pasando y siente que debe respaldarlo en momentos en los que está confrontando a grupos violentistas que nunca han contado con apoyo generalizado.

Incluso, el temor que tienen muchos ciudadanos es que si los antimineros salen victoriosos y logran cancelar Conga, en todas partes explotarán conflictos por cualquier cosa, ya que habría quedado demostrado que los desmanes sí dan resultado.

Por otro lado, esa preocupación se ve reflejada en el masivo apoyo que recibe la declaratoria del estado de emergencia, así como en la sensación mayoritaria de que el Gobierno viene actuando con mano blanda, exigiéndole más carácter y firmeza para que los problemas puedan ser enfrentados.

En realidad, el actual desorden nos puede costar muy caro ya que en los últimos meses –luego de la aparición de Sendero, los sucesos en Espinar y el renovado protagonismo de Santos– ha desaparecido la tercera parte del optimismo económico que tenían los encuestados. Así, con facilidad se puede perder totalmente el entusiasmo, que ha sido el motor que nos ha impulsado.

Más aún, podríamos caer en un círculo vicioso del pesimismo afectando las decisiones de consumo e inversión, lo que a su vez reduce las expectativas de crecimiento, aumentado con ello el desaliento entre los ciudadanos.

Por lo tanto, Humala debería medir con cuidado sus próximos pasos y no dejarse llevar por las aspiraciones de algunos despechados. Más bien, esperamos que lea a los peruanos con claridad, para quienes lo fundamental es recobrar el sentido de orden y autoridad.