notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Guido Lombardi,Opina.21glombardi@peru21.com

¿Cómo hacer, por ejemplo, para que los 1,650 niños y niñas que nacerán hoy en el Perú tengan similares oportunidades de acceder a un sistema educativo que tenga la misma calidad para todos? ¿Cómo lograr que todos ellos lleguen a los 10 años bien nutridos y con sus necesidades de salud adecuadamente atendidas? Desde mi punto de vista, solo haciendo de la primera infancia una prioridad nacional absoluta será posible conciliar las metas de libertad económica con justicia social. Es cierto que los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad pueden carecer de la paciencia necesaria para esperar resultados que serán visibles recién dentro de una década o dos y que hay otras urgencias si queremos incluir en los beneficios de la prosperidad a la gran mayoría de compatriotas, pero si mantenemos el foco en la primera infancia y acompañamos en las peripecias de su crecimiento y formación a esos 600 mil niños que se suman cada año a nuestra población, evitaremos que se repita el drama de los últimos años, en donde los gobiernos han sido incapaces de atender con eficiencia los programas sociales orientados a la salud, la educación de calidad y la justicia para todos.

Para eso se requiere un Estado fuerte y eficiente, capaz de lidiar con la crisis financiera y con todas las crisis globales interrelacionadas: cambio climático, deterioro ambiental, escasez de energías limpias y creciente encarecimiento de los alimentos.

Más allá de la efímera aprobación en las encuestas, si el mundo ha cambiado, nosotros debemos cambiar con él.