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Redacción PERÚ21

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Por: Fritz Du Bois, La opinión del directordirector@peru21.com

En una repetición de la notoriedad lograda con la ocupación de la embajada del Japón, el MRTA, a través del Sr. Saavedra, ha tomado el control de la negociación y ha decidido que no hay nada que negociar. Su posición intransigente refleja su ideología dictatorial. Así que el gobierno tiene que aceptar sus términos en su totalidad o ellos siguen reteniendo al pueblo de Cajamarca, al que, en la práctica, mantienen secuestrado en contra de su voluntad.

Con lo cual se está confirmando nuestra apreciación inicial de que la agenda que tienen quienes lideran esta protesta es política y radical. No les interesa, en absoluto, un nuevo estudio de impacto o una mejor propuesta ambiental. El poder es lo único que están buscando.

Incluso, Conga es solo el vehículo para generar un espacio radical de donde se puedan crear nuevos conflictos. El agua de las lagunas pronto será olvidada y reemplazada por la coca de Aguaytia o alguna nueva universidad. Los cuales a su vez durarán poco en la mente de la gente y buscarán nuevos reclamos.

Ahora, habiendo pateado el tablero y rechazado un acuerdo con el gobierno, los dirigentes radicales han quedado desnudados ante la opinión pública, ante el soberano. Por lo que ya no le quedó otra alternativa al gobierno que el restablecer el estado de derecho en esa región.

Mientras tanto, el Ministerio Publico debería cumplir con su función y denunciar, de oficio, a quienes han dirigido los disturbios que han causado extenso daño a la propiedad de ciudadanos.

En todo caso, no tenemos duda alguna que el país no puede ceder a la intimidación ni al chantaje y menos aún pagarle rescate al secuestrador.