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Redacción PERÚ21

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Por: Dra. Carmen Gonzáles, Opina.21c.gonzales@ceprovi.org

Es falso que el golpe físico o psicológico eduque por una razón: el niño se educa cuando, a través de su neocerebro, entiende las razones por las que ha hecho una "malacrianza". Y, para ello, debe estar sereno. Nadie aprende asustado o alterado.

Es mentira universal que los padres insulten o golpeen para educar. Si fuera cierto, lo harían con el mismo dolor con el que se lleva al hijo a una curación dolorosa. Los padres maltratan cuando les da furia que el hijo no haga lo que ellos esperan. Su amor desaparece: se le acercan sacando las mandíbulas hacia afuera, echando llamas por los ojos; en el mejor de los casos, asustándolos; en el peor, convirtiendo brazos y manos en garras de un animal destructor.

Expresan odios almacenados e inconscientes que les despertaron sus propios padres. Un niño o niña que sufrió maltrato lo buscará inconscientemente siendo adulto. Ya sea agrediendo o dejando que lo agredan. No es problema privado, es delito y daña a la sociedad. ¿Cómo cree que fue la infancia de los delincuentes? Sino denuncia, es cómplice.