Picazón, hormigueo, dolor, pesadez, calambres en las piernas (casi siempre en las noches), dilataciones varicosas e hinchazón en tobillos y pies son algunos de los síntomas de insuficiencia venosa. Así lo advierte el doctor Raúl Panizo, cirujano cardiovascular de la Clínica Ricardo Palma tras señalar que si una persona presenta estos signos debe ir al especialista de inmediato para tener un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado.
Esta condición se produce, por lo general, debido al mal funcionamiento de las válvulas de las venas. Normalmente, las válvulas de las venas profundas de las piernas mantienen la sangre fluyendo hacia el corazón. Cuando existe insuficiencia venosa por largo tiempo, las paredes de las venas se debilitan y dañan.
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Aquí radica la importancia de aprender a prevenirla. Para ello, se recomienda seguir una alimentación balanceada, mantener un peso saludable, combatir el estreñimiento, realizar ejercicios en forma regular, usar medias especiales y evitar el sedentarismo, así como permanecer mucho tiempo sentado o de pie.
No obstante, existen otros factores que pueden predisponer su desarrollo. Por ejemplo, edad, antecedentes familiares de várices, ser mujer (niveles hormonales), obesidad, falta de actividad física, embarazo y pasar muchas horas en lugares cálidos.
Para diagnosticar insuficiencia venosa, el médico realizará una evaluación integral y pruebas de diagnóstico como pletismografía venosa y ecodoppler venoso al paciente. De esta manera, podrá prescribir el tratamiento más adecuado para controlar la afección, que en estadios avanzados produce oscurecimiento de la piel, heridas a nivel de los tobillos, entre otras incomodidades.