Reclusos de cárceles de todo el Perú exponen su arte en una muestra

Uno de los hombres más buenos, generosos y trabajadores que conocimos fue el padre Hubert Lanssiers, fundador de la asociación Dignidad Humana y Solidaridad, que sigue trabajando hasta hoy, fallecido ya Lanssiers, por hacer más digna la vida de las personas, incluso de aquellas que están en la prisión, hayan o no cometido delitos.

El padre Hubert vio en la lectura, en el diálogo y en el arte una manera de liberar a los presos. Por eso, en las cárceles de todo el Perú montó bibliotecas y talleres de lectura y artes plásticas. Así, además de llenarles el alma de sensibilidad, les dio a algunos presos una nueva manera de ganarse la vida: la creación de piezas de arte.

Así nació la exposición Territorio de fábulas – Arte desde la prisión, que reúne, en el Icpna de Miraflores, los objetos artísticos elaborados por los internos de los penales de Lima y provincias.

La muestra contiene obras en cerámica, metal, madera, cuerno y textiles "que expresan el sentir y anhelo de sus artífices", dice Carlos Álvarez Osorio, quien, desde Dignidad Humana y Solidaridad, continúa la labor del padre Lanssiers.

Y luego agrega: "Territorio de fábulas nos invita a creer en la recuperación del hombre a través del acto creativo, del uso de la imaginación y de la experiencia de la belleza. Se puede reciclar un ser humano gracias al arte. Cuando algo ya no sirve, se de-secha y lo tiramos al olvido. Al acoger lo que es marginado, lo reciclamos, porque en este acto de amor le inspiramos una nueva vida", dijo.

"Las cárceles las hemos convertido en tiraderos de seres humanos. Ahí los abandonamos y los olvidamos. Pero los que trabajan en nuestros talleres reciclan sus vidas e imaginan nuevos mundos, fabulan sus esperanzas, aprenden a vivir de nuevo y nos enseñan que una oportunidad siempre es posible en el destino de la humanidad. Estos hombres y mujeres hallan su salvación a través del arte".

Que así sea.

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