Con la llegada del verano, el retorno al trabajo presencial o híbrido, y los deportes el aire libre, se incrementa la preocupación o temor de tener una de las reacciones más frecuentes que sufre el cuerpo en esta estación del año.
Estamos hablando del Golpe de Calor, un trastorno que afecta al cuerpo y que, en muchas ocasiones, las personas no saben cómo reaccionar.
Se produce cuando la temperatura del cuerpo de una persona aumenta rápidamente y no puede bajarla. Esto sucede debido a una exposición prolongada al calor o como consecuencia de haber realizado mucho ejercicio en medio de temperaturas extremas trayendo como consecuencia una deshidratación.
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“El cuerpo sabe regular su temperatura, pero cuando nos exponemos a temperaturas extremas, el ser humano puede llegar a tener de 39 a 40 grados, y no precisamente por una infección. Cuando eso sucede, nuestro cuerpo pierde su eficiencia y comenzamos a sufrir un Golpe de Calor”, comenta el Dr. Carlos García Bustamante, Médico Internista de la Clínica Anglo Americana quien también nos comenta cómo podemos identificar a una persona, o a nosotros mismos, cuando estamos sufriendo este transtorno:
El médico vocero de la Clínica Anglo Americana afirma que los más propensos a sufrir un Golpe de Calor son los niños y adultos mayores. Por esta razón, es importante tener más cuidado con ellos.
Evitar salir a correr o hacer ejercicios de 11 a.m. a 2 p.m., ya que son horas donde la temperatura incrementa porque el sol está ubicado en el punto más alto del cielo y los rayos UV caen directamente a la superficie. En este horario, la probabilidad de tener un Golpe de Calor es mucho mayor que al salir a hacer ejercicios muy temprano o más tarde/noche.
Si la persona se encuentra en una situación estable, se le debe dar líquidos para ayudarla a hidratarse. Esto no debe ser de manera acelerada, porque la persona puede atorarse o podemos inducir al vómito. Debemos rehidratarla a una velocidad sostenida y en rangos moderados. Es aconsejable que tome líquidos y bebidas azucaradas.