Crear un negocio propio no es fácil. Sin embargo, es un reto del mundo actual. En tal sentido, ¿por qué es importante que los jóvenes desarrollen un espíritu emprendedor?
Porque, primero, la edad es un factor importante. El empuje y la creatividad están en plena ebullición. Hay que adquirir los conocimientos apropiados, contar con una asesoría de expertos y, sobre todo, tener la oportunidad para que todo resulte. Además, equivocarse a los 19, 20 o 25 años ofrece la chance de recuperarse si las cosas salen mal.
CAMINO A SEGUIRUn consejo importante proviene de Robert Shiller, economista y ganador del Premio Nobel de este año, quien sugiere dos cosas. La primera: ser creativo en tiempos de crisis. La segunda: identificar las oportunidades y tomar riesgos.
Actualmente no solo se ofrecen cursos y seminarios sobre emprendimiento, sino que también hay centros de incubación de proyectos y plataformas de financiamiento. Es decir, si tienes una idea bien hecha, puedes conseguir la asesoría y el dinero para desarrollarla.
Lo normal es terminar la carrera y buscar trabajo en una empresa. Es válido. Sin embargo, el perfil del estudiante de hoy apunta a desarrollar –con seriedad, ingenio y mucha voluntad– emprendimientos propios. Un camino duro, cierto, pero muy satisfactorio si todo sale bien.