Israel y Francisca fueron enamorados durante nueve meses. En las primeras semanas, todo fue color de rosa. Salían casi a diario, se llamaban constantemente y, al poco tiempo, incluso, ambos se presentaron a sus padres.
Los dos estudiaban en la misma universidad, por lo que conocían sus horarios y tenían los mismos amigos. Con el transcurrir del tiempo, Israel se sintió presionado por sus compañeros, quienes le decían que era 'pisado' y que su enamorada lo tenía entre sus manos. Es más, le comentaron que, si seguía así, ella haría con él lo que quisiera. Por eso decidió alejarse un poco de Francisca.
Comenzó a salir los fines de semana con sus amigos. Para que su pareja no se molestara, le decía que iría a reuniones familiares, que saldría con sus hermanos, que tenía tareas acumuladas de la universidad o, simplemente, que se sentía un poco enfermo y que, por tanto, no podía ir a buscarla.
Paquita –como él le decía de cariño– no sospechaba nada malo hasta que, un día, una amiga le comentó que* había visto a Israel en una discoteca bebiendo con sus 'patas'*.
Indignada, lo encaró y a él no le quedó más remedio que aceptarlo. Israel le prometió que no volvería a pasar e intentaron retomar la relación pero, en cada pelea que tenían, ella le sacaba en cara que aquella vez él no dijo la verdad. Así, Israel se cansó y acabó con la relación.
RECOMENDACIONESLa psicóloga Karina Lostaunau indica que, a pesar de que sea común que en una relación las personas cometan ciertos errores, es bueno dar una oportunidad si es la primera vez que una de las partes se equivoca. Además, es recomendable evaluar si uno ocultó algo por temor a la reacción del otro o si solo lo hizo para librarse de dar explicaciones. Sin embargo, si esa conducta es recurrente y daña a la otra persona, lo mejor es terminar.
"La clave para que una relación marche bien es que haya una buena comunicación. Debemos ser transparentes. Si se comete un error, debe haber un propósito de corregir y superar ese hecho", sugiere la especialista.
DATO
- Recuperar la confianza perdida es una tarea muy complicada, pero no imposible. Si se comete un error, lo mejor es rectificarlo y no volver a caer en lo mismo.