"La Antártida es el único lugar de la Tierra donde no nos cuesta reconocer que somos intrusos. De pronto se nos quita la soberbia porque es evidente que el hombre no es la especie que domina el planeta. Aquí afloran nuestra enorme falta de conocimiento y nuestra insignificancia frente a la naturaleza". Estas palabras del doctor Rogelio Villanueva, jefe científico de la expedición, resumen lo que se siente al pisar este territorio. La Antártida no es como se la imaginan. Es inmensamente superior.
LABORES RIGUROSASPor otro lado, los biólogos Aldo Indacochea y Percy Gallegos, con ayuda de Eduardo Silva, estudiante de Biología de la Universidad Científica del Sur, pasaron horas en los zodiacs recolectando muestras en el fondo de la ensenada Mackellar,* útiles para estudiar la diversidad de los organismos marinos* y sus cambios a través del tiempo.
Las ornitólogas Liliana Ayala y Paola Gárate realizaron un paciente monitoreo de la reproducción del gaviotín antártico. También están involucradas en un proyecto con Brasil, Chile y Argentina, para el cual anillaron skuas –con el fin de identificarlas– y extrajeron plumas que serán analizadas en la Universidad de Río de Janeiro. Esto, a su vez, servirá para medir la cantidad de metales pesados y pesticidas en estas aves, consecuencia del impacto de la contaminación producida por el ser humano.
Por su parte, el doctor Jaime Sueldo vigiló el procesamiento de residuos sólidos e inició una línea base para el estudio de los rayos ultravioleta tipo B. Javier Cardoza y Henry Ramírez, meteorólogos de la FAP, *instalaron una estación meteorológica digita*l que permitió identificar los parámetros atmosféricos alrededor de la estación.
Finalmente, para facilitar todas estas labores, el cartógrafo Édgar Huarajo hizo el mapa del Perú en la Antártida, que será publicado en la web del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Este proyecto ayudará a lograr un crecimiento organizado y a reconocer por GPS las zonas de trabajo.