Los niños y adolescentes, quienes crecen en un entorno digital de constante conectividad, están particularmente en riesgo frente a los efectos psicológicos y emocionales que los deep fakes – contenido audiovisual manipulado con inteligencia artificial para simular la apariencia o voz de una persona – pueden ocasionar.
Los deep fakes se crean mediante algoritmos de aprendizaje profundo que analizan y replican patrones. En redes sociales, los filtros y efectos, similares en algunos aspectos a la tecnología en donde son ampliamente populares entre los adolescentes y niños, quienes disfrutan alterando su apariencia para divertirse y socializar. Sin embargo, el acceso generalizado y la falta de conocimiento sobre cómo identificar contenidos falsos hacen que los niños sean particularmente vulnerables a los efectos negativos de esta tecnología.
Efectos psicológicos:
Uno de los principales problemas de los deep fakes en la salud mental de los niños radica en su capacidad para desdibujar la línea entre lo real y lo falso. Cuando los niños ven contenido manipulado sin entender la tecnología detrás de él, es probable que desarrollen confusión y ansiedad.
Ver videos de figuras públicas o incluso de personas conocidas diciendo o haciendo cosas que en realidad nunca sucedieron puede llevar a los jóvenes a desconfiar de la información que consumen y de las personas a su alrededor. En un estudio realizado por la Universidad de Stanford, se concluyó que los niños que tienen dificultades para distinguir la información auténtica de la falsificada muestran una mayor propensión a la ansiedad, ya que pierden la capacidad de confiar en lo que ven en el mundo digital.
El miedo a ser víctima de un deep fake también genera estrés en los adolescentes. Según la Asociación Americana de Psicología (APA), los menores que conocen la existencia de los deep fakes pueden desarrollar un temor persistente a ser falsamente representados en Internet.
Ciberacoso
Esto ha llevado el ciberacoso a un nivel sin precedentes. Casos de adolescentes que han sido víctimas de deep fakes manipulados para parecer que participan en situaciones humillantes o violentas no son raros y suelen generar daños emocionales profundos.
Los adolescentes que experimentan este tipo de ciberacoso reportan síntomas de depresión, estrés postraumático y, en algunos casos, pensamientos suicidas. A diferencia del acoso escolar tradicional, los deep fakes pueden difundirse rápidamente, lo cual hace que la víctima pierda el control sobre cómo, dónde y cuántas personas ven su imagen manipulada. Esto produce un sentimiento de vulnerabilidad extrema, y los efectos emocionales pueden ser devastadores y de larga duración.
Impacto en la autoestima y en la percepción corporal
La distorsión de la realidad causada por los deep fakes también afecta la autoestima de los jóvenes, especialmente en relación con su apariencia física. Algunos videos manipulados crean versiones idealizadas o irreales de las personas, lo cual refuerza expectativas inalcanzables de belleza o éxito.
Al exponerse a versiones alteradas de sus amigos o de personas influyentes, los niños pueden sentir una presión adicional para cumplir con estándares inalcanzables, lo que puede derivar en baja autoestima, inseguridades y, en casos graves, trastornos alimenticios y de ansiedad.
Medidas de protección para los niños
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Educación sobre alfabetización digital: La alfabetización digital en las escuelas y en los hogares puede ayudar a los jóvenes a comprender cómo funciona la tecnología de los deep fakes y a identificar contenido manipulado. Aprender a reconocer signos de manipulación digital puede darles las herramientas necesarias para navegar el mundo digital con mayor confianza.
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Regulación y control del contenido: El establecimiento de regulaciones estrictas sobre el uso y la distribución de deep fakes en redes sociales podría reducir la exposición de los niños a este tipo de contenido. Asimismo, es necesario que las plataformas digitales incluyan advertencias o etiquetas en videos que han sido alterados para informar a los usuarios, especialmente a los más jóvenes.
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Apoyo parental y supervisión activa: Los padres pueden desempeñar un papel fundamental en la protección de la salud mental de sus hijos. Fomentar conversaciones abiertas sobre la tecnología, el uso ético de las redes y la posibilidad de contenidos manipulados puede ayudar a los niños a desarrollar una perspectiva crítica. Los padres también deben supervisar el consumo de redes sociales de sus hijos para detectar signos de angustia o cambios en su comportamiento.
- Psicoterapia y apoyo emocional: Para los niños que han sido víctimas de deep fakes o que han sufrido ansiedad debido a su exposición, el apoyo de un profesional de la salud mental puede ser crucial. La terapia cognitivo-conductual y las técnicas de resiliencia emocional ayudan a los niños a manejar el estrés, la ansiedad y otros efectos negativos.
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