El maltrato animal no solo representa una amenaza para los animales. Se ha identificado como un indicador temprano de violencia hacia los seres humanos.
Diversos estudios internacionales han establecido una correlación significativa entre la crueldad hacia los animales y comportamientos violentos hacia las personas, subrayando la importancia de abordar este problema con seriedad.
El caso de la perrita asesinada cruelmente en Trujillo nos lleva a indagar en el tema y abordarlo con la seriedad que implica la frecuencia de estos sucesos en el Perú.
Una investigación de 2017 en los Estados Unidos reveló que el 89% de las mujeres que tenían animales de compañía durante una relación abusiva reportaron que sus mascotas fueron amenazadas, dañadas o asesinadas por su pareja. Este patrón de abuso no es aislado; investigaciones han demostrado que la violencia hacia los animales a menudo coexiste con otras formas de violencia familiar, como el abuso infantil y la violencia de pareja.
Además, un estudio de 1997 realizado por la Sociedad de Massachusetts para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales y la Universidad de Northeastern encontró que las personas que abusan de los animales tienen cinco veces más probabilidades de cometer actos de violencia contra humanos.
La exposición de menores a actos de maltrato animal también tiene consecuencias preocupantes. Los niños que presencian o participan en la crueldad hacia los animales tienen un mayor riesgo de desarrollar comportamientos agresivos en el futuro y convertirse en maltratadores.
Si un niño es cruel con los animales, las investigaciones demuestran que puede ser una señal de que ha sufrido abuso o negligencia grave
CONTROL EMOCIONAL
El maltrato animal también se ha identificado como una herramienta de control emocional en relaciones abusivas.
Los agresores a menudo amenazan o dañan a las mascotas para manipular y controlar a sus parejas, lo que puede disuadir a las víctimas de abandonar la relación abusiva. De hecho, más de la mitad de las mujeres en refugios para víctimas de violencia doméstica de los Estados Unidos informaron que retrasaron su escape por temor a lo que podría sucederle a sus animales.
En respuesta a estos hallazgos, todos los estados de EE. UU. han promulgado leyes que tipifican como delito grave la crueldad hacia los animales. Además, casi dos tercios de los estados permiten que las mascotas se incluyan en órdenes de protección contra la violencia doméstica, reconociendo el vínculo entre el bienestar animal y la seguridad humana.
La comprensión de la relación entre el maltrato animal y la violencia humana es esencial para desarrollar estrategias efectivas de prevención e intervención.
LA ADVERTENCIA DEL FBI
El FBI ha reconocido desde hace años la conexión entre la crueldad hacia los animales y la violencia humana. En 2016, la agencia comenzó a incluir los casos de maltrato animal en su sistema nacional de estadísticas criminales, el National Incident-Based Reporting System (NIBRS), clasificándolos junto a delitos graves como homicidio, incendio provocado y agresión .
Este cambio refleja la creciente evidencia de que la crueldad hacia los animales puede ser un indicador temprano de comportamientos violentos hacia las personas. El FBI ha señalado que el maltrato animal es un predictor de violencia actual y futura, incluyendo delitos como agresión, violación, asesinato, incendio provocado, violencia doméstica y abuso sexual infantil .
Además, en el boletín de agosto de 2021 del FBI, se destaca que al investigar casos de maltrato animal, las fuerzas del orden deben ser conscientes del vínculo bien documentado con la violencia contra los humanos y otros tipos de crímenes violentos.
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