Por primera vez en años, miles de ultranacionalistas recorrieron hoy el centro de Moscú en la llamada "Marcha rusa", en la que también se protestó contra el presidente Vladimir Putin y sus políticas de inmigración, que consideran demasiado laxas.
Según los organizadores, participaron unas 20 mil personas. Defensores de los derechos humanos y organizaciones de inmigrantes criticaron que la marcha azuza los problemas étnicos en Rusia, país formado por decenas de pueblos. Además, advirtieron del riesgo de acoso a los trabajadores inmigrantes procedentes del Cáucaso o Asia central.
La multitud siguió el curso del río Moscova con tambores y banderas zaristas negras, doradas y blancas. En los últimos años, la ciudad sólo había permitido que la manifestación se celebrara en una zona de las afueras. Para esta ocasión fueron desplegados unos 2 mil agentes de seguridad y la policía detuvo a unos 25 extremistas, según informa la agencia de noticias Interfax.
Entre los participantes figura el destacado líder opositor Alexei Navalny, acusado de populismo por sus detractores.
En otras ciudades situadas entre los exclaves de Kaliningrado y Vladivostok tuvieron lugar marchas con centenares de nacionalistas. En Ekaterinburgo 200 personas fueron detenidas, informaron los organizadores. Allí, la manifestación no había sido aprobada por las autoridades.