ReportuitLa huelga de la Policía Civil, la Policía Militar y el Cuerpo de Bomberos, que se extendió este jueves por la noche desde Salvador de Bahía hasta la cosmopolita ciudad de Río de Janeiro, puso en jaque la estabilidad de la ciudad y de los pobladores, quienes fueron alertados de no salir de sus casas por la escasa presencia policial en las calles, según informaron medios brasileños.
A pesar del movimiento que se ha desarrollado desde la noche de ayer por las calles de Río, el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, declaró para O Globo que la situación está "absolutamente bajo control". Los huelguistas esperan una larga jornada, que demandará mayor esfuerzo por parte del gobierno en la seguridad pública. Ellos se reunieron ayer en una asamblea abierta en una plaza del centro de la ciudad bajo un solo grito: Juntos somos fuerza.
La presidenta Dilma Rousseff conversó con el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, para reiterar su ofrecimiento de enviar tropas federales para garantizar la seguridad de la ciudad. "En Bahía, más de tres mil hombres de las Fuerzas Armadas y la Fuerza de Seguridad Nacional están trabajando en la seguridad de la población" informó O Globo. En Bahía hubo saqueos y tiroteos en las calles.