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Asamblea Constituyente propuesta por Pedro Castillo pone en riesgo la democracia
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En el mismo mitin en el que anunció que desactivará el Tribunal Constitucional (TC) y la Defensoría del Pueblo, Pedro Castillo ya se veía como el próximo presidente del Perú y hablaba de un país que había aceptado la Asamblea Constituyente que pretende establecer de llegar al poder. En su discurso del pasado 19 de marzo en Espinar, Cusco, no mencionaba obstáculos a superar, daba como un hecho la creación de esa instancia. Como si no existiera oposición.
“Asumiendo el mandato convocaremos a un referéndum inmediatamente para instalar la Asamblea nacional Constituyente, para que se redacte una Constitución que tenga color y sabor a pueblo”, exclamó. La consulta popular es la vía por la que apuesta su líder, el condenado Vladimir Cerrón, para tener una nueva Carta Magna y así imponer, según su ideario, un gobierno marxista, leninista y mariateguista.
Cerrón quiere saltarse al Congreso, donde Perú Libre no tendrá mayoría absoluta, para lograr su cometido. Él mismo lo señaló en una última entrevista. “¿De qué sirve que el pueblo vote en mayoría por un cambio de Constitución cuando después (el proyecto) está en el Congreso entrampado?”, sostuvo.
El exgobernador de Junín, el verdadero ideólogo del plan de gobierno al que se supedita Castillo, no quiere acatar el artículo 206 de la Constitución, que estipula que toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Parlamento.
Consulta al Congreso
Castillo ha señalado que la Asamblea Constituyente debe ser integrada, en un 60%, por organizaciones sociales y sindicatos, y en un 40% por la clase política. Sin embargo, esa decisión no la toma un mandatario.
De acuerdo con la politóloga Milagros Campos, una reforma constitucional debe pasar necesariamente por el Congreso, el poder del Estado que representa al pueblo.
“La decisión de cómo se hace una reforma no es algo que pueda resolverse desde la Presidencia; en caso de que se quiera emprender una, debe ser canalizada por las fuerzas políticas, no son decisiones unilaterales, el poder constituyente es excepcional y le corresponde solo al pueblo”, expresó en diálogo con Perú21.
Campos puso como ejemplo lo sucedido en Chile el año pasado: luego de las masivas protestas registradas para un cambio de Constitución, fue el Parlamento el que, luego de debatirlo, aprobó esa reforma.
El Perú ha tenido 12 Constituciones, pero no siempre su creación estuvo en manos de una Asamblea Constituyente. Por ejemplo, la del 1993 fue redactada por un Congreso Constituyente Democrático. Es decir, ese poder del Estado elaboró la Constitución.
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La última Asamblea Constituyente fue la de 1978, convocada por el gobierno militar de Francisco Morales Bermúdez. Fueron 100 los miembros que la integraron. Uno de ellos fue el aprista Carlos Roca, quien expresó su desacuerdo con el planteamiento de Pedro Castillo.
“He leído las 77 páginas del ideario de Cerrón y, efectivamente, es una visión comunista (...), no sería aceptable que una Asamblea sea integrada por personas que no tengan representatividad”, expresó.
Para Roca, de ser el caso, los asambleístas deben ser elegidos por voto popular y representar a los partidos políticos.
Como en Venezuela
El abogado en derecho internacional Alonso Gurmendi advierte “riesgos” en la propuesta de Castillo para convocar a una Asamblea Constituyente.
En su opinión, no queda claro cómo se elegirían a los asambleístas y el plan de que la integren representantes por sectores tampoco garantiza una elección democrática.
“Hay un peligro en esta propuesta en la que los sindicatos, los profesores, los abogados, y otros sectores, elijan a sus representantes; por ejemplo, ¿de qué profesores se habla y quién los representa?, ¿por qué un sindicato representaría a los profesores? Esas decisiones son arbitrarias. ¿Cuánta gente va a ser seleccionada de esa forma? Eso no lo sabemos y eso genera un riesgo democrático”, declaró a este diario.
Gurmendi, además, recordó las palabras de Zaira Arias, representante de Perú Libre, cuando señaló que la Asamblea Constituyente reemplazará al Congreso. Algo similar a lo que hizo Nicolás Maduro en Venezuela, en 2017.
“Ese fue el momento en el que la comunidad internacional señaló que la decisión de Maduro no fue democrática, veo el mismo tipo de peligro en la propuesta de Pedro Castillo”, remarcó.
Antes de aliarse con Juntos por el Perú, Castillo solo se reunía con sindicatos. Su plan ya está en marcha.
Tenga en cuenta
-El exdecano del Colegio de Abogados de Lima, Raúl Ferrero Costa, indicó a este diario que toda reforma constitucional debe enmarcarse en la Carta Magna vigente. “Las reglas están claras, la reforma constitucional prevista en la Constitución debe ser aprobada por el Congreso”, remarcó.
-Héctor Vargas Haya, otro de los asambleístas de 1978, sostuvo que una Asamblea Constituyente “debe ser funcional” y que sus integrantes “tienen que ser elegidos en instituciones acreditadas, como los colegios profesionales”.
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