se despidió esta semana de la Procuraduría Antidrogas después de 20 años de trabajo. En todo este tiempo se ha convertido en una voz autorizada para explicar la violencia originada por organizaciones criminales. Tiene claro qué es lo que sucede en el país y dónde se agudizó el problema.

Sonia Medina


El sábado 4, vía publicación en El Peruano, nos enteramos de que usted había dejado de ser la procuradora antidrogas del Estado. ¿Por qué Sonia Medina ya no está en el cargo?

Ha sido una decisión muy consensuada y personal. Todo ser humano cumple ciclos y etapas. Me voy tranquila de la Procuraduría, porque nadie me ha botado, y a seguir trabajando por otros lados donde haya el espacio o donde Dios disponga.

¿Cómo quedan ahora dos casos emblemáticos de la Procuraduría: el caso Sánchez Paredes y el caso Eteco (Miguel Arévalo Ramírez)?

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El caso de los Sánchez Paredes queda bien encaminado de parte de la Procuraduría. La Fiscalía está en la etapa última de los alegatos, en donde se está demostrando que es irreversible todo lo que hemos demostrado en estos 13 años de investigación y de proceso. Espero que para el caso de los Sánchez Paredes, Dios ilumine a los magistrados. En cuanto al caso de Eteco, allí hemos ido de nulidad en nulidad. Lamentablemente hay jueces bastantes denostativos para el propio Estado, obsecuentes si se quiere. La última resolución señala que se prosiga con las investigaciones a esta persona. Ojalá que ese caso llegue a un proceso. Si no es así, cada quien será responsable de ello.

En estos 20 años en la Procuraduría, ¿con qué gobiernos tuvo problemas para hacer su trabajo?

Me llevo la satisfacción de que he pasado por nueve gobiernos, 45 ministros y de todos he recibido el respaldo como funcionaria. No sé qué política tendrá la presidenta actual, pero esperemos que haya una decisión para luchar contra las drogas con mayor apoyo en función de la imagen del país. Como Estado tendría que mostrarse un ius puniendi y una autoridad severa sobre la delincuencia organizada y el crimen organizado.

¿En el Perú solo hay clanes familiares de la droga o podemos hablar de cárteles?

En el Perú tenemos de todo un poco. Las firmas, en la década del ochenta y noventa. Luego pasamos a los clanes familiares con apoyo de terceros, y ahora tenemos organizaciones criminales de alta lesividad. Si tenemos que focalizar el territorio nacional, están en casi todo el país y sobre todo en el Vraem. Allí viene la decisión política de tomar de una vez las riendas sobre el Vraem.

Una política de gobierno de Pedro Castillo fue eliminar la erradicación de cultivos ilícitos. ¿Qué daño le hizo al país ese plan?

El tema Vraem es bastante complicado y serio. Tenemos mediciones que nos dicen que estamos en materia prima, hojas de coca, en una situación alarmante. Todo el territorio nacional está infestado de cultivos. Luego tenemos la producción que la peleamos con Colombia. El consumo de drogas está aumentando en el país porque ahora están ingresando más productos terminados. Lo más crítico es que ahora la edad promedio del consumo en menores es de etapa escolar. Los traficantes no miran edades ni miran color; a ellos poco les importa la humanidad. En la Constitución dice claro que es el Estado el que combate el tráfico ilícito de drogas.

“Posiblemente mucha gente celebrará (mi salida). Hemos hecho cosas drásticas a nivel profesional y esa es la mística de la Procuraduría Antidrogas. El que venga debe saber eso”, dice Medina.
“Posiblemente mucha gente celebrará (mi salida). Hemos hecho cosas drásticas a nivel profesional y esa es la mística de la Procuraduría Antidrogas. El que venga debe saber eso”, dice Medina.

En diciembre, la información de la Policía advertía que del Vraem se estaban sumando a las protestas a favor de Pedro Castillo. ¿Por qué cree que pasó esto?

En algún momento esta lucha se le entregó al Plan Vraem, que era manejado por las Fuerzas Armadas y, desde mi experiencia, ha tenido pocos réditos y habría que acreditar qué resultados hubo. En este momento el Vraem es un Medellín de Colombia de los años ochenta, es una zona emergente, pero en función del narcotráfico. Ojalá que este Pacto Social (instalado en el gobierno de Castillo) sea derogado porque lo que se ha hecho es entregarle un territorio al narcotráfico y a los demás delitos conexos. Por los dineros sucios vemos ahora una modernidad única en unas zonas que antes parecían una aldea del viejo oeste.

El Pacto Social de Castillo les pedía a los cocaleros que hagan una erradicación voluntaria.

Claro, la autoerradicación. Todos fueron voluntarios, pero entre comillas. Ante una apertura así, nadie va a protestar. Fue una apertura perversa. Es contra natura. Si el Estado lucha contra las drogas, ¿por qué debemos darle una apertura a la autoerradicación?

¿En los últimos años el dinero del narcotráfico se infiltró en la política?

Para ellos significa mucho poner esos dineros a disposición, lo que les permite seguir delinquiendo. No habría tanto tráfico (de drogas) si la corrupción no estuviera presente.

En los delitos conexos que menciona está el terrorismo. ¿Qué tanto se sirven mutuamente el narcotráfico y el terrorismo?

Hemos tenido décadas muy marcadas del terrorismo como tal. En los albores del año 2000 paró el terrorismo en sí, desde el fundamentalismo que ellos manejan. Considero que hoy por hoy el terrorismo como tal vuelve a resurgir. Hoy vemos, en los actos de violencia, que el terrorismo lamentablemente tiene nuevas voces. Estamos viendo un trabajo sobre bases jóvenes para hacer germinar un nuevo grupo de esta naturaleza. En la simbiosis que veíamos durante el 2000, los terroristas venían siendo un cuerpo más, parte de la estructura criminal del narcotráfico, ya sea como soporte de transporte o comercialización interna. Hay terroristas que se dedican a la producción en el Vraem y tienen intercambios con narcotraficantes. Pero poco se ha hecho respecto a ello. Estamos viendo lo que pasa en nuestro país en zonas conocidas de producción de narcotráfico y en zonas que se están convirtiendo en tierra de nadie. No podemos darnos el lujo de no hacer nada en este momento y convertirnos en una Colombia con las FARC.

¿El terrorismo resurge porque el Estado le ha dado ventaja?

Están haciendo un trabajo soterrado de bases. En estos momentos nos están dando coletazos de existencia.

¿Y dónde vemos esos coletazos de existencia?

Lo vemos, ahora último, en la región Puno y otras regiones bien marcadas, donde hay zonas que se mantienen con los recursos del narcotráfico. Todos los peruanos tenemos la necesidad de reclamar postergaciones, pero no de la forma tan violenta como se actúa ahorita y sobre todo por intereses que deberían separar la paja del trigo. Hay policías muertos, quemados vivos. Si eso es materia de lucha, no lo sé.

Se ha visto mucho que los objetivos han sido las sedes del Poder Judicial y las comisarías. ¿Hay una relación entre el resurgimiento que nos comenta y estos actos?

Diría que sí, porque son las autoridades más inmediatas; en el distrito más pequeño siempre habrá una comisaría o un Ministerio Público que sirva de control penal. Definitivamente lo que ellos no quieren es tener una autoridad vigilante.

¿Qué opina de la labor del Congreso y del Ejecutivo? ¿Cuál es la evaluación de los políticos actuales?

Hoy no me representan. Todos los ciudadanos estamos muy desazonados con el actuar político, aunque hay excepciones. Por ejemplo, me he enterado de que hay un proyecto para que la defensa jurídica del Estado sea tercerizada. Eso es entregar a un libre mercado la defensa del Estado. Es un serio problema.

¿Adelanto de elecciones?

Es la aspiración de todos y la misma presidenta ha sido responsable en decirlo. Lamentablemente el gobierno anterior puso al país en reversa. Todo depende de la gestión actual para que unos se conformen por un mayor tiempo o se siga protestando por un adelanto de elecciones.

Y si vamos a elecciones, ¿ve una opción viable y coherente como para encargarle el país?

Considero que algo visible en este momento no lo hay, pero eso no significa que sí habría personajes que con las mayores convicciones y amor puedan trabajar por el país. Aunque también hay que ser un tanto responsable por quién elegimos. No me cabe en la cabeza que haya personas que ingresan para un lucro personal o un miserable engaño. Personas que entran para entregar su distrito, su provincia y hasta el país.


TENGA EN CUENTA

  • Sonia Medina inició funciones como jefa de la Procuraduría Antidrogas en el año 2002. Antes se había desempeñado como jueza civil y penal en el PJ.
  • La Procuraduría General del Estado a cargo de Daniel Soria tendrá que realizar un concurso público para elegir al nuevo procurador antidrogas, un cargo que no es para cualquiera.


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