¿Usted teme por su vida? “Sí. No sé si esta sea la última vez que puedan verme. Temo por mi vida”, dijo a Perú21.
A Shirley Revollar Cáceres, dirigente política de Madre de Dios, la buscó un grupo de mineros informales de la región en 2016 para contarle que el jefe de la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) los estaba amenazando. Si no le pagaban 10 mil, 15 mil o 20 mil soles (de acuerdo al tamaño de su concesión), rompería los documentos que los incorporaba al proceso de formalización.
Revollar Cáceres empezó a reunir más pruebas para formalizar una denuncia ante el Ministerio Público. Desde ahí, ha sufrido constantes hostigamientos y hasta agresiones.
“Cuando yo estaba cruzando el puente en mi moto, en dirección hacia mi casa, otra moto vino en sentido contrario y me ha echado látex caliente. Me cayó en el cuello, brazos y piernas. Lo único que hice fue acelerar, porque ya eran las 8 de la noche. Llegué a mi departamento, prendí la luz y lo que tenía en mi cuerpo era pintura azul, látex, y la ropa quedó inservible”.
Cuando intentó poner la denuncia, Shirley cuenta que no la aceptaron aduciendo que ya tenía un proceso judicial por una querella con Maritza Rubín, a quien ella señalaba como sospechosa del hecho.
La señora forma parte del grupo de investigados de la Dirección Regional de Energía y Minas.
“He tenido que vender todas mis propiedades, he rematado el mobiliario de mi restaurante, he perdido entre 30 mil y 40 mil dólares”, señala Revollar Cáceres.
También apunta que el negocio y la problemática de la minería ilegal en Madre de Dios no se limita al ámbito regional, sino que alcanza la esfera nacional y mundial. “No sabía que esto era una mafia que tenía tentáculos internacionales”, dijo.