MUDA. Boluarte ha declarado a la prensa solo una vez desde que estalló el escándalo del Rolex.  (Foto: Presidencia de la República)
MUDA. Boluarte ha declarado a la prensa solo una vez desde que estalló el escándalo del Rolex. (Foto: Presidencia de la República)

La presidenta ha preferido aplicar la política del avestruz y evitar actividades públicas para no responder a las preguntas incómodas de la prensa sobre su no declarado costoso reloj Rolex. Mientras tanto, el tema ha reavivado viejas rencillas y desatado una tormenta política en la que varios ministros pugnan, cada cual a su modo, por quitarle al asunto la relevancia que tiene.

En la discusión entró a tallar incluso el gobernador regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, quien se especuló le habría obsequiado el Rolex a Boluarte. “No tengo nada que decir, para mí eso es una mentira, una falacia, una patraña de personas malas que quieren hacerle daño a la presidenta”, alegó.

¿COMPLOT, VENGANZA?

Tras las nada convincentes explicaciones del primer ministro Gustavo Adrianzén, fue la ministra de Vivienda, —integrante del círculo íntimo del hermanísimo Nicanor Boluarte— quien ensayó una nueva salida al embrollo en el que está inmersa Boluarte. “¿Quién está detrás de esto? ¿Por qué sale ahora cuando se supone que es de hace tiempo? (…) Puede ser una venganza, un complot para tumbarse al Gobierno, eso es lo que hay que investigar; creo que independientemente de esa historia (del Rolex), el afán de querer tumbar al Gobierno persiste”, declaró.

Cuestionada sobre si detrás de esa supuesta conspiración estaría Alberto Otárola, ella no lo confirmó, pero tampoco lo desmintió, dando pie a especulaciones que horas después fueron rechazadas por el expremier quien, además, calificó el caso como “un asunto menor que se usa para desestabilizar al Gobierno e insinuar una ilegal vacancia”. Más tarde, la titular de Vivienda salió nuevamente para negar haber responsabilizado a Otárola del escándalo.

Con matices, también hablaron en defensa de la mandataria —que desde el viernes pasado no da la cara a los periodistas— sus colegas de las carteras de la Mujer, Comercio Exterior, Desarrollo e Inclusión Social y Transportes, pero solo este último se animó a desvirtuar lo dicho por Pérez de Cuéllar. “No (creo que haya un complot), lo que tenemos que hacer es tener tranquilidad”, sostuvo Raúl Pérez-Reyes.

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SITUACIÓN COMPLICADA

El analista político Arturo Maldonado dijo a Perú21 que la reacción ante este primer escándalo de la era Adrianzén “ha sido torpe”, no solo de parte de la mandataria sino de todo su equipo y advirtió que la hipótesis de un complot habría buscado, sin resultados, distraer la atención de la ciudadanía sobre el tema. En esa línea, observó que el caso Rolex “le puede hacer mucho daño a Boluarte porque se está convirtiendo en una excusa para que algunas bancadas como Fuerza Popular o Alianza para el Progreso, a las que cada vez les cuesta más sostener el Gobierno, tengan ahora un pretexto para irse alejando progresivamente de la presidenta”.

José Carlos Requena, por su parte, indicó que el tema “complica la situación del Gobierno que ya es bastante precario, con poco respaldo popular, dependiente del Legislativo y sin una agenda clara”. Más aún, añadió, “si a eso le agregas un problema que en un principio puede parecer frío, doméstico, menor, pero que crece cuando el Gobierno es incapaz de dar explicaciones”.

Sabía que

Hania Pérez de Cuéllar declaró que hace 13 años compró una réplica de un reloj Rolex en un viaje a China. “Son modelos liberados y autorizados para fabricarse por la propia casa matriz; no son bamba y son un poquito más caros que los fake”, explicó.

La titular de Vivienda recibió críticas tras esta revelación por su condición de expresidenta de Indecopi, entidad que lucha contra la piratería.

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