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Prófugo del caso Odebrecht Gustavo Salazar sigue haciendo negocios en Perú
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Para tejer su gran maraña de corrupción, Odebrecht utilizó a varios intermediarios que prestaron sus empresas para recibir y entregar sobornos a las autoridades peruanas. Es el caso del empresario Gustavo Salazar, quien es investigado porque, según el equipo especial Lava Jato, su compañía recibió US$3 millones de la constructora brasileña para que se los entregara al encarcelado gobernador de Cusco, Jorge Acurio, a cambio de ser favorecido ilícitamente en la adjudicación de la Vía de Evitamiento.
El 28 de mayo de 2017, el Poder Judicial ordenó prisión preventiva para Salazar, pero él ya estaba fuera del país desde el 16 del mismo mes. A pesar de estar requerido por la justicia y de que la Procuraduría le ha embargado bienes valorizados en US$2.5 millones, el empresario se ha dado maña para continuar haciendo negocios en el Perú.
Perú21 accedió a diversos documentos que evidencian que Gustavo Salazar y su esposa, Sandra de Souza Peixoto, alquilan un departamento en San Isidro, que no está inscrito a su nombre, pero que manejan y consignan como suyo.
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DUEÑOS REALES
Antes de que explotara el escándalo Lava Jato, el departamento 302 de la calle Lizardo Alzamora Oeste 287 tenía como inquilino a un ciudadano español. Pero este dejó de alquilar el lugar en cuanto se hizo público que Salazar estaba involucrado en las pesquisas por corrupción.
Un tiempo después, llegó al inmueble un nuevo arrendatario llamado Fernando Saldaña Alayo. El 11 de setiembre de 2019, De Souza Peixoto envió un documento a la Municipalidad de San Isidro para informar que empezaría con unas obras de refacción en el departamento, que consignó como si fuera suyo.
“Es grato dirigirnos a ustedes (municipalidad) para saludarlos cordialmente y a su vez informarles que daré inicio a los trabajos de acondicionamiento de mi departamento, ubicado en la calle Lizardo Alzamora Oeste 287, departamento 302”, se lee en el oficio.
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Si bien De Souza Peixoto indicó que los trabajos iban a durar ocho semanas y solo harían cambios de tuberías, instalaciones eléctricas, pintura y pisos, pasaron 18 semanas y las refacciones continuaban.
En la mañana del 20 de enero de este año, funcionarios de la Gerencia de Fiscalización de la Municipalidad de San Isidro llegaron hasta el inmueble para verificar que, en realidad, se estaban realizando obras de mayor envergadura que las advertidas.
En el acta de constatación, los trabajadores ediles impusieron una papeleta de S/2,150 dirigida a Gustavo Salazar Delgado por haber interferido en las acciones de fiscalización de la comuna.
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Este diario se acercó al edificio de la calle Lizardo Alzamora y obtuvo referencias de que el departamento 302 era del prófugo empresario. Intentamos comunicarnos con el inquilino, pero este no se encontraba en el inmueble ya que la obra quedó inconclusa por orden de la comuna.
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EL CONSTRUCTOR
Perú21 consultó en Registros Públicos las propiedades que están inscritas a nombre de Salazar y de su esposa. El departamento sanisidrino no es, formalmente, de ninguno de los dos, sino de la empresa Inversiones M Henderson SAC, cuyo gerente general es César León Bacigalupo.
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Esta compañía fue la que construyó todo el edificio y vendió los departamentos. Pero el 302 fue independizado y registrado a nombre de la empresa. César León, el gerente, tiene su propio departamento, el 402, a su nombre en el mismo edificio.
El departamento de Salazar ocupa el tercer y cuarto piso, además de la azotea; tiene un área de 210.74 metros cuadrados por planta. El banco con el que se hipotecó el inmueble calculó un valor de US$1’400,000 aproximadamente.
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