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El Perú se convirtió en escondite de varios terroristas islámicos
Células de yihadistas consiguen falsos documentos en Lima para poder viajar a Estados Unidos y Europa.
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Desde hace tres décadas, el Perú ha sido escogido por organizaciones terroristas islámicas como lugar de tránsito, refugio y captación de adeptos. Usted pudo ser vecino de alguno de estos individuos.
La Dirección contra el Terrorismo (Dircote) ha detectado en los últimos años a 15 extranjeros vinculados a grupos yihadistas, acusados de participar en atentados en diversas partes del mundo.
“Nuestro país es atractivo para ellos porque no es un lugar convulsionado. Aquí pueden estar tranquilos, obtener documentos falsos que les permiten desplazarse a Estados Unidos y Europa”, explicó el jefe de la División de Investigación de Terrorismo Internacional de la Dircote, coronel Carlos Romero.
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Los más peligrosos
Hezbolá es una organización terrorista de origen libanés que en 1994 ordenó a sus huestes hacer explotar el edificio de la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA). Los terroristas acusados de ejecutar dicho atentado, que dejó 85 muertos, estuvieron en el Perú en reiteradas ocasiones.
Ali Abbas Chaine ingresó al Perú 13 veces entre 2008 y 2013. De igual forma, José Mario Saladine, cómplice de Abbas, estuvo en el país tres veces, entre 2012 y 2013.
Salidine intentó detonar una bomba en la ciudad sudafricana de Johannesburgo en mayo de 2012. El atentado fue frustrado y Saladine escapó.
Tras las visitas de los dos extranjeros, la Dircote observó de cerca las rutas que seguían entre Chile, Argentina, Uruguay y Ecuador. Perú era una estación y paso recurrente en cada una de sus visitas.
Así se descubrió a Muhamad Ghaleb Hamdar, en el distrito de Surquillo, otro terrorista del Hezbolá que empezó a operar en el Perú desde noviembre de 2013.
Llegó a nuestro país para casarse con una peruana con ciudadanía norteamericana. A Ghaleb, la Policía le encontró restos de dinamita, fotografías del aeropuerto Jorge Chávez y de instituciones encargadas de la seguridad nacional.
Fue capturado y permanece en prisión desde octubre de 2014. Los tres criminales antes identificados operan bajo las órdenes de Salman Raouf Salman, uno de los fugitivos más buscados por la Interpol.
Fue el cerebro del atentado de la AMIA y ha logrado establecer una red yihadista que conecta América Latina, Europa y Medio Oriente, que le facilita el tráfico de drogas y lavado de dinero, según la Interpol.
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Durmiendo con el enemigo
En nuestro país se han establecido ‘células durmientes’ de yihadistas; es decir, miembros de los grupos radicales cuya tarea es estudiar la situación nacional para informar a Medio Oriente.
Según explicó el coronel Romero, el peligro de este tipo de operadores no está en que cometan algún atentado, sino en la capacidad de extender cartas de invitación a sus secuaces para que se refugien en Perú o que este país sea un punto en donde consigan documentos falsos para llegar a sus verdaderos objetivos de ataques terroristas.
Así sucedió con tres ciudadanos sirios identificados como Majd Atallah, Faraj Atia y Elyas Atiah. Los dos primeros fueron intervenidos en el aeropuerto Jorge Chávez con dos pasaportes robados de Alemania y el tercero con un pasaporte falso de Austria, en marzo de 2017.
Con esta documentación fraguada, los terroristas islámicos pretendían llegar a Cuba y luego a Rusia.
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