José Baella: “Los políticos no pueden seguir manoseando a la Policía Nacional”

En entrevista con Perú21, el exjefe de la Dircote José Baella consideró que los continuos cambios en la Policía Nacional afectan la institucionalidad y la lucha contra la inseguridad ciudadana.

La función principal de la Digimin es proporcionar inteligencia estratégica al ministro del Interior. Analizar la información y luego procesarla para informar diariamente respecto a la problemática ciudadana, como minería ilegal, trata de personas, entre otros. Gracias a ello, se toman decisiones para solucionar esas problemáticas.

Estar cambiando de forma permanente a los directores de la Digimin debilita al sistema y al mismo personal que trabaja allí porque cada director ingresa con cada política para desarrollar. Los constantes cambios implican un debilitamiento indudable a la institución. Esto es un maltrato que viene recibiendo la Policía de forma sistemática, tanto del Ejecutivo, con el presidente y el premier, y también del ministro.

Las personas que llegan ahí, si bien es cierto que aceptan el cargo con buena intención, dentro del trabajo que tienen que hacer –que es la inteligencia estratégica– al parecer les están exigiendo cosas que van en contra de sus principios o valores. No están de acuerdo con realizar alguna tarea que les quiere imponer el poder político, en este caso el ministro del Interior y el presidente Pedro Castillo.

En el Ministerio del Interior no solo tiene que estar una persona política, sino también un técnico, especialmente alguien que conozca la Policía. La sociedad está pidiendo una estrategia para solucionar la inseguridad ciudadana, pero esto no existe si están cambiando autoridades constantemente. Si no ponen a alguien que conozca de gestión pública, entonces el ministerio nunca va a funcionar.

Ni presidente ni el premier cuentan con cuadros capaces para asumir esas funciones y las consecuencias se ven en la inestabilidad que atravesamos.

Felicito al Congreso y a la Comisión de Defensa porque se va a dejar de manosear a la Policía y eso es importante. Los políticos no pueden seguir manoseando a la Policía. Esto desmoraliza a la institución. Los oficiales se sienten incómodos al ver que el poder político viene manoseando la institución y esto no lo podemos permitir.