Partido Aprista ¿presente?: El futuro después de García y Barata [ANÁLISIS]

¡El Apra nunca muere!, gritaban los dolidos apristas al lado del ataúd que contenía el cadáver de quien llevó a este partido de 90 años a ser gobierno en dos ocasiones. Alan García logró con su muerte movilizar a un robusto número de simpatizantes y hasta un juramento de unidad habría resuelto las tensiones internas entre las facciones del Apra.

¿Podrá el partido, que en las últimas elecciones presidenciales apenas logró un 5.6% de votos, retomar popularidad y arraigo, o seremos testigos de su descalabro institucional luego de las sospechas de corrupción que enmarcan la muerte de su líder? Dicen que para avizorar el futuro, se debe ver el pasado. Por ello, 50+1 revisó ciertas cifras que podrían dar una idea de lo que le espera al partido de la estrella.

El DESPERTAR

Un partido dormido. Eso era el Apra hasta 2006, año en el que Alan García venció a Ollanta Humala. Institucionalmente contaban con apenas 8,595 afiliados, según Infogob. El aprismo que arrastraba el estigma del primer gobierno de García no parecía atractivo para la actividad política en comparación con Acción Popular, por ejemplo, que en ese mismo año contaba con 153,052 inscritos gracias al reciente legado de Valentín Paniagua. Sin embargo, el líder aprista logró un fenómeno que, en honor a la verdad, ningún partido ha experimentado: en tan solo dos años creció exponencialmente, pasando de 8,541 afiliados en 2007 a 302,952 en 2008.

Eran tiempos de crecimientos, de resurgimiento partidario. En los siguientes años, a pesar de que el número decreció, se mantuvo entre los partidos con mayor número de ciudadanos inscritos. Para 2017, su padrón de afiliados contaba con 215,042 ciudadanos inscritos, superado solo por el Partido Popular Cristiano (270,247) y el Partido Nacionalista (234,753). Más de 200 mil ciudadanos inscritos en el partido es una cantidad considerable en sí misma, pero representa aproximadamente 0.9% del padrón electoral.

EL APRA EN EL CONGRESO

Sin embargo, la confianza de los afiliados al partido o su activismo no tiene mayor impacto en la representatividad, como sí lo es el ganar una elección presidencial. En el gráfico adjunto se observa en una línea de tiempo el porcentaje de curules obtenidas por el Apra. Si nos remontamos a 1980, entonces con la Cámara de Diputados, el partido de Haya de la Torre alcanzó un 32.2% del total de curules. Claramente el año 1985, cuando ganó Alan García, esta cifra sube a 59.4%. En 1995 ya con un Congreso unicameral, la cifra se redujo a 6% y en la siguiente elección a 4.6%. Aún con una baja cantidad de afiliados, lograron tener mayor representación en 2001 (21.5%) y en 2006, año de la segunda victoria (30%). En 2011 apenas alcanzó el 3.3% de curules en el Legislativo, el que fue su peor desempeño histórico, superado apenas por el de 2016 (4.1%).

EL EFECTO GARCÍA

Lo anterior puede explicarse mejor con el tercer cuadro, en el que se aprecia los resultados del voto a elecciones presidenciales. El éxito o no de la candidatura presidencial influye en el porcentaje de curules obtenidas. Así sucedió en 1985, en 2001, cuando llegó a la segunda vuelta y en 2006, cuando finalmente logró la segunda victoria.

La hipótesis que afirma que en los últimos 34 años la suerte del Apra ha dependido de Alan García y su sombra no es errada. Ninguna otra candidatura se lució y en otras ocasiones solo se presentaron listas al Congreso. Cuando García encandilaba al elector, lograba también la simpatía hacia sus candidatos al Congreso. Pero es importante subrayar que, en todos esos años, el Apra ha tenido representación en el Congreso, aún en sus crisis más profundas, aunque exigua. Quizá la arenga del aprismo sea cierta, aunque haya dependido en gran medida de García. Veremos si la arenga podrá seguir siendo cierta sin él.

CIFRAS

- 215,042 afiliados inscritos en su padrón tiene el Apra hasta 2017.