Movilización contra el Gobierno se diluyó sin tener un mensaje claro

No fue contundente. La movilización contra el Gobierno y el Congreso realizada ayer en el Centro de Lima, en la que uno de sus principales organizadores fue la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL), no tuvo un mensaje claro, pues juntaron muchas demandas a la vez.

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El 20 de noviembre último, Perú21 reveló que la CNUL, para esta jornada de protesta de tres días —que empezó ayer, continuará hoy y culminará mañana— tenía como prioridad en su agenda de reclamos la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso, la Asamblea Constituyente y la libertad del golpista Pedro Castillo. Este último pedido tomó más fuerza en las últimas horas, debido a que ayer se cumplió el primer año de su encierro, en el penal de la Diroes, por su fallido golpe de Estado.

Sin embargo, desde el inicio de esta semana, la CNUL se vio obligada a incluir en su agenda su rechazo a la libertad del expresidente Alberto Fujimori y el pedido de salida de la exfiscal de la Nación Patricia Benavides, por una investigación a su exasesor. Ese conjunto de demandas fue resumido por la CNUL con la frase: “Que se vayan todos”, que colocó en una de las banderolas con la que sus dirigentes se movilizaron ayer.

La protesta en Lima comenzó dividida, pues hubo dos lugares de concentración. Por un lado, en la Plaza San Martín, se concentró desde las 3:00 p.m. un grupo de simpatizantes de Pedro Castillo, que a través de las redes sociales y a viva voz, no se cansaron de rechazar el encierro del exmandatario así como el rechazo de la liberación de Fujimori por el Tribunal Constitucional.

A esa misma hora, el otro punto de partida de la protesta, fue la plaza Dos de Mayo, propuesto anticipadamente por la CNUL, a través de su coordinador Lucio Ccallo Ccallata, que según un informe del ministerio del Interior es además dirigente del Movadef de la base del Collao en Puno.

En esta última plaza, los manifestantes centraron sus demandas en la renuncia de Dina Boluarte y el cierre del Congreso. Pero, también, hubo otros pedidos individuales como el de la congresista Isabel Cortez, de Cambio Democrático, quien se apareció con una portátil reclamando “el respeto de los derechos laborales”.

A partir de las 4:30 p.m., desde ambos puntos, se inició la movilización que recorrió la avenida Colmena, el Paseo de los Héroes Navales hasta llegar a la avenida Abancay, al frente del Congreso.

Puno y Ayacucho

En Puno y Ayacucho, también hubo protestas convocadas por CNUL. En Puno, la Fenatep, que posee vinculación con el Movadef, según Dircote, encabezó la demanda. En Ayacucho, el Fredepa, también vinculada al Movadef, estuvo adelante de la marcha.

En Barrio Chino, a la altura del kilómetro 262 de la Panamericana Sur, en Ica, no hubo el bloqueo de ese tramo de la carretera, como temía el sector agroexportador.

Hasta el cierre de esta edición, no se conoció oficialmente de heridos, detenidos ni enfrentamientos. Eso sí, quedó claro que la protesta no fue masiva.

SABÍA QUE

-Aníbal Torres, el expremier castillista, y el exministro de Trabajo, Iber Maraví, vinculado a Sendero Luminoso, estuvieron en la marcha.

-Verónika Mendoza y su grupo Nuevo Perú, que forma parte de la CNUL a través de la ANP, también participaron.

Boluarte recordó golpe de Estado

“Impronta golpista estaba condenada al fracaso”, dijo la presidenta.

La presidenta de la República, Dina Boluarte, participó de una ceremonia de izamiento del Pabellón Nacional por el Día de la Institucionalidad, del Estado de Derecho y de la Defensa de la Democracia, al conmemorar un año del fallido golpe de Estado de Pedro Castillo y su posterior asunción al Gobierno.

Durante el acto oficial, en la Plaza de la Bandera, indicó que “el Perú y su frágil democracia se asomaron al abismo aquel día, cuando el expresidente Pedro Castillo pretendió dar un golpe de Estado al anunciar la disolución del Congreso y ordenar la intervención del Tribunal Constitucional, la Junta Nacional de Justicia, el Poder Judicial y el Ministerio Público, entidades que, coincidentemente, lo estaban investigando por serias imputaciones de corrupción y crimen organizado”.

“Pero fueron las instituciones de la República, la sociedad civil organizada a través del sector empresarial, la academia y el pueblo peruano quienes respondieron con firmeza (…) Desde entonces podemos decir que esa impronta golpista estaba condenada al fracaso desde un inicio. El país no iba a permitir que un puñado de personajes que no creen en las reglas de la democracia nos arrebaten la institucionalidad que tanto nos costó alcanzar y preservar en los últimos años”, dijo.

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